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Mirar a las estrellas en busca de constelaciones que presidan el nacimiento y la vida tiene una historia larga y compleja, y los arqueólogos acaban de descubrir una pequeña parte de ella en el magnífico templo de Esna, en el Alto Egipto.
La espectacular serie de pinturas en relieve están en el techo de la estructura y representan 12 signos del zodíaco. Además, también se muestran representaciones de cinco de los planetas de nuestro sistema solar, las «siete flechas» de Sekhmet, y algunos de los decanatos usados para medir las horas de la noche.
Es un hallazgo raro y hermoso, que se une a una serie de impresionantes e intrincadas obras de arte de casi 2000 años de antigüedad que adornan las paredes del templo dedicado al dios con cabeza de carnero Jnum.
«Las representaciones del zodiaco son muy raras en los templos egipcios», dice el egiptólogo Christian Leitz de la Universidad de Tubinga en Alemania, cuyo equipo ha estado trabajando con el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto en el proyecto de restauración. «En sí es parte de la astronomía babilónica y no aparece en Egipto hasta la época ptolemaica».
La construcción del templo de Esna, aproximadamente a 60 kilómetros al sur de Lúxor, comenzó durante la era ptolemaica, pero continuó durante siglos. Todo lo que queda ahora es el vestíbulo, o pronaos, que se colocó durante la época romana, bajo el gobierno del emperador Claudio entre el 41 y el 54 d.C.
El vestíbulo, empero, probablemente eclipsó al templo mismo, y los arqueólogos han estado trabajando arduamente para restaurarlo a su antigua gloria, eliminando casi 2000 años de suciedad y hollín. El año pasado, el equipo descubrió frescos magníficamente pintados que representan a la diosa con cabeza de buitre Nejbet y a la diosa con cabeza de serpiente Wadjet.
«Los templos y las representaciones antiguas de los dioses a menudo se pintaban en colores brillantes», explicó Leitz. «Pero generalmente se han desvanecido o incluso desaparecido por completo como resultado de influencias externas».
El templo de Esna, dice el equipo, es único en la gama de figuras que cubren sus paredes y la preservación de los colores, debajo de toda la suciedad. Al limpiar cuidadosamente los relieves de piedra arenisca, los científicos y los visitantes pueden ver la decoración del templo en toda su amplitud en relación entre sí.
Incluso en medio de esta profusión de figuras coloridas, la representación de los signos del zodiaco es una sorpresa interesante. Se cree que los antiguos griegos introdujeron el zodíaco en Egipto y pareció volverse muy popular, pero solo en ciertos contextos.
«El zodíaco se utilizó para decorar tumbas y sarcófagos privados y fue de gran importancia en los textos astrológicos, como los horóscopos que se encuentran inscritos en fragmentos de cerámica», señaló el egiptólogo Daniel von Recklinghausen de la Universidad de Tubinga. «Sin embargo, es raro en la decoración del templo: además de Esna, solo quedan dos versiones completamente conservadas, ambas de Dendera».
Hace unos años, el trabajo en el templo reveló, por primera vez, los antiguos nombres egipcios de las constelaciones, como Mesekhtiu (la Osa Mayor), Sah (Orión), y una constelación previamente desconocida Apedu n Ra (‘los gansos de Ra’). Ahora tenemos algunas figuras más para comparar —la mayoría de ellas son las mismas que los signos del zodíaco occidental que todavía se usan en la actualidad—.
Otras decoraciones incluyen las «siete flechas» de la diosa guerrera con cabeza de león Sekhmet, terribles emisarios que personificaban su ira y podían traer protección o destrucción. Los investigadores también identificaron a Júpiter, Marte y Saturno, así como una serie de constelaciones utilizadas para ayudar a decir la hora.
Y se descubrieron muchas bestias interesantes y fantásticas, como serpientes con alas, un pájaro con cabeza de cocodrilo y una serpiente por cola, y una serpiente con cabeza de carnero.
El trabajo aún está en curso, pero desde que comenzó en 2018, se ha limpiado más de la mitad del techo, así como 8 de las 18 columnas y 2 de los arquitrabes que lo soportan. La tarea es lenta para minimizar el daño a los pigmentos debajo de la mugre.
Solo el tiempo dirá cuántas pistas más sobre el antiguo Egipto puede revelar minuciosamente el equipo.
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