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Partes del planeta perdido Theia podrían estar esparcidas bajo nuestros pies, provocando diversas anomalías.
Se encuentran entre las estructuras más grandes y extrañas de la Tierra: enormes y misteriosas masas (blobs) de roca densa que acechan en las profundidades de las partes más bajas del manto de nuestro planeta. Dos de estas masas gigantes —llamadas provincias grandes de baja velocidad de corte (LLSVP)— yacen bajo África y la otra bajo el océano Pacífico.
Estas anomalías son tan masivas que, a su vez, generan sus propias perturbaciones, como el gran fenómeno que actualmente evoluciona dentro y debilita el campo magnético de la Tierra, conocido como la Anomalía del Atlántico Sur.
En cuanto a cómo y por qué las LLSVP llegaron a existir así dentro del manto, los científicos tienen muchas ideas, pero pocas pruebas contundentes.
Sin embargo, lo que se sabe es que estas masas gigantes han existido durante mucho tiempo, y muchos piensan que podrían haber sido parte de nuestro mundo desde antes del impacto gigante que dio a luz a la Luna: antiguos rastros de la colisión entre la Tierra y un hipotético planeta llamado Theia (o Tea).
De acuerdo con ese argumento ampliamente sostenido, Theia, del tamaño de Marte, golpeó la Tierra primitiva hace unos 4.500 millones de años, con una gran parte de la Tierra y/o Theia posiblemente fragmentándose y convirtiéndose en la Luna que conocemos hoy.
En cuanto a lo que pasó con el resto de Theia, es incierto. ¿Fue destruido o simplemente rebotó en la eternidad del espacio? No lo sabemos.
Algunos investigadores han sugerido que los núcleos de estos dos planetas primordiales pueden haberse fusionado en uno solo, y que los intercambios químicos provocados por esta fusión épica son los que permitieron a la vida prosperar en el mundo resultante.
Ahora, los científicos han vuelto a estas cuestiones monumentales con una nueva propuesta, y es una idea que reconcilia también las misteriosas masas LLSVP, entrelazándolas con la hipótesis híbrida Tierra/Theia.
Según un nuevo modelo realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Arizona (ASU), las LLSVP pueden representar fragmentos antiguos del manto altamente denso y rico en hierro de Theia, que se hundió profundamente en el propio manto de la Tierra cuando los dos mundos en desarrollo se unieron, y ha estado enterrado allí durante miles de millones de años.
«La hipótesis del impacto gigante es uno de los modelos más examinados para la formación de la Luna, pero la evidencia directa que indica la existencia del impactador Theia sigue siendo esquiva», escriben los investigadores dirigidos por el primer autor Qian Yuan, un candidato a doctorado que estudia la dinámica del manto en la ASU, en un resumen de sus hallazgos presentados la semana pasada en la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria.
«Demostramos que el manto de Theia puede ser intrínsecamente varios por ciento más denso que el manto de la Tierra, lo que permite que los materiales del manto de este mundo alienígena se hundan hasta el manto más bajo de nuestro planeta y se acumulen en pilas termoquímicas que pueden causar las LLSVP observadas sísmicamente».
Si bien ha existido durante años la especulación de que las LLSVP pueden ser un recuerdo extraterrestre implantado por Theia, la nueva investigación parece ser la formulación más completa hasta el momento. Los hallazgos se encuentran actualmente en revisión, antes de su futura publicación en Geophysical Research Letters.
Más allá del modelado del manto, los resultados también son consistentes con investigaciones previas que sugieren que ciertas firmas químicas vinculadas a las LLSVP son al menos tan primitivas como el impacto de Theia.
Fuente: USRA/SciAl. Edición: MP.
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