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La estrategia para evitar el Apocalipsis a causa de una amenaza proveniente del espacio se está trazando.
Cuando el impactador Chicxulub, un asteroide de 12 km de diámetro, golpeó la Tierra hace 66 millones de años, los dinosaurios no tuvieron ninguna advertencia.
Si un asteroide de ese tamaño golpeara la Tierra hoy, una onda de choque dos millones de veces más poderosa que una bomba de hidrógeno aplanaría los bosques y desencadenaría tsunamis. Un pulso sísmico equivalente a un terremoto de magnitud 10 haría que las ciudades se desmoronasen. Y mucho después del impacto, una nube de polvo caliente, ceniza y vapor oscurecería el sol, sumiendo al planeta en un invierno nuclear.
Entonces, siendo conscientes de que si sucedió una vez va a suceder de nuevo, cabe preguntarse: ¿Tenemos ya la capacidad para evitar el mismo destino de los grandes saurios? ¿Podemos al menos emitir una alerta con antelación?
La NASA ha respondido a estas cuestiones mediante su Oficina de Coordinación de Defensa Planetaria, la cual tiene la tarea de encontrar, rastrear y evaluar el riesgo asociado con asteroides potencialmente peligrosos en nuestro sistema solar.
«Definitivamente queremos encontrar todos esos asteroides antes de que nos encuentren a nosotros», dijo Lindley Johnson, jefe ejecutivo de la susodicha oficina.
Para hacerlo, la NASA colabora con una coalición global de astrónomos llamada Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN, por sus siglas en inglés).
Esto es lo que harían si un impacto de asteroide apocalíptico se dirigiera hacia la Tierra.
En caso de que un asteroide peligroso se dirija hacia la Tierra, la IAWN tiene procedimientos para notificar al público.
Primero, los miembros del grupo que detectaron la amenaza compartirían sus observaciones a través de la red IAWN para verificar sus hallazgos y evaluar el peligro. Una vez que todas las partes estén de acuerdo en que la Tierra debería prepararse para el impacto, la NASA enviaría una alerta.
«No tengo un teléfono rojo en mi escritorio ni nada por el estilo», dijo Johnson. «Pero tenemos procedimientos formales mediante los cuales se proporcionaría la notificación de un impacto grave».
Si el asteroide se dirigiera hacia los Estados Unidos, la NASA notificaría a la Casa Blanca, y el gobierno emitiría un comunicado formal al público. Si fuera lo suficientemente grande como para representar una amenaza internacional, la IAWN notificaría a la Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre de las Naciones Unidas.
Un asteroide se considera «potencialmente peligroso» si tiene un tamaño mayor a aproximadamente 140 metros y cruza la órbita de la Tierra a una distancia mínima de 0.5 unidades astronómicas, que es la mitad de la distancia entre la Tierra y el Sol.
Hay alrededor de 2.300 asteroides potencialmente peligrosos conocidos, y aproximadamente 153 de ellos tienen un tamaño mayor a 1 kilómetro. Eso es lo bastante grande como para desencadenar una catástrofe si impactara en nuestro planeta.
Para encontrarlos y rastrearlos, la NASA y los demás socios de la IAWN buscan nuevos asteroides además de seguir a los que ya han sido descubiertos. Todas sus observaciones se recopilan en una base de datos en el Centro de Planetas Menores.
«Hasta ahora, la IAWN ha encontrado más de 34.000 asteroides cercanos a la Tierra. Con suficientes datos observacionales, la NASA puede predecir con confianza sus órbitas al menos un siglo en el futuro», precisó Johnson.
Existe una pequeña posibilidad de que el asteroide Bennu —potencialmente peligroso— pueda golpear la Tierra en 159 años, provocando una explosión equivalente a 24 bombas nucleares. Pero las probabilidades de que eso suceda son solo de alrededor de 1 en 2.700, según un estudio de 2021.
Si Bennu se dirigiera hacia la Tierra, tenemos algunos trucos bajo la manga para defender nuestro planeta.
La mayor parte del tiempo, la IAWN detecta asteroides que se acercan mucho antes de que representen una amenaza inmediata para la Tierra. Pero la NASA necesitaría al menos cinco a diez años de aviso avanzado para evitar el Apocalipsis de un asteroide que se acerca.
En 2021, la NASA lanzó su primera misión de prueba de defensa planetaria. Chocó una nave espacial no tripulada contra un asteroide para cambiar su órbita lejos de la Tierra.
La misión fue un éxito, y la NASA planea probar más técnicas de desviación en el futuro. Una técnica en desarrollo, llamada «tractor gravitatorio», enviaría una nave espacial para permanecer en posición junto al asteroide y permitir que la interacción gravitatoria lo saque de su órbita. La agencia estadounidense también está trabajando en una técnica que utiliza un haz de iones para cambiar la trayectoria de una roca espacial.
De acuerdo a las últimas estimaciones, si la amenaza se avecinara en menos de cinco años, la NASA no tendría tiempo para desviar el asteroide. En ese caso, podría recurrir a la destrucción para minimizar y dispersar el impacto.
Si tuviera solo unos meses de advertencia, entonces no habría mucho que podría hacer para salvar el mundo, realmente estaríamos condenados y solo quedaría rezar por algún milagro o esperanza de mal cálculo.
Afortunadamente, la estrategia de la IAWN es encontrar asteroides décadas, si no siglos, antes del impacto.
«Eso nos da mucho tiempo para intentar hacer algo al respecto mientras aún están en el espacio, para evitar completamente cualquier catástrofe aquí en la Tierra», concluyó Johnson.
Fuente: Business Insider. Edición: MP.
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