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Por años, los científicos han estado desconcertados por la existencia de una extraña anomalía que debilita el campo magnético terrestre. Ubicada en el Atlántico Sur, recientemente se ha dividido en dos y movido más hacia Sudamérica, lo que llevó a muchos a preguntarse si era una señal de la posible inversión de los polos. Ahora, un nuevo estudio, ha dado respuesta a esta última cuestión.
La investigación, realizada por la Universidad de Liverpool en el Reino Unido, ha descartado que el fenómeno tenga algo que ver con una futura inversión magnética, y en su lugar ha achacado su reciente comportamiento a algo aún más extraño: la anomalía no es una irregularidad reciente, sino un fenómeno magnético recurrente que ha afectado al planeta antes.
«Nuestro estudio proporciona el primer análisis a largo plazo del campo magnético en esta región que data de millones de años. Revela que la anomalía en el campo magnético en el Atlántico Sur no es una anomalía única, ya que otra similar existió entre 8 y 11 millones de años atrás», dice Yael Engbers, autora principal del estudio paleomagnético.
Para investigar la anomalía y su historial, Engbers y su equipo analizaron cientos rocas ígneas de la isla Santa Elena, que se encuentra en medio de la Anomalía del Atlántico Sur, entre las costas de Brasil y Namibia.
Estas muestras rocosas, producidas por flujos de lava de numerosas erupciones que ocurrieron hace millones de años, tienen grabadas en ellas el registro magnético de cuando fueron creadas.
«Cuando las rocas volcánicas se enfrían, pequeños granos de óxido de hierro en ellas se magnetizan y por lo tanto salvaguardan la dirección y fuerza del campo magnético para ese lugar y tiempo», explica Andrew Biggin, coautor del estudio. «Nosotros recolectamos algunas de estas rocas y las trajimos al laboratorio en Liverpool, donde llevamos a cabo los experimentos pertinentes para determinar cómo era el campo magnético en la época cuando sucedieron las erupciones».
Las pruebas revelaron que las inestabilidades y anomalías direccionales del campo magnético en esta región hace millones de años, eran similares a las de hoy.
De acuerdo a los investigadores, la evidencia, por lo tanto, apunta a que el Atlántico Sur ha sido históricamente «el epicentro de un comportamiento geomagnético inusual», y uno que parece ser distinto a las inversiones magnéticas —disminuyendo así la probabilidad de que lo que vemos actualmente sea el preludio de una inversión de los polos—.
En cuanto a la causa de esta «falla» en el campo magnético de la Tierra, los científicos no están seguros. Una sugerencia previa apunta como responsable a una vasta región de roca densa, llamada Provincia de Gran Velocidad de Corte Africana, que se asienta en la intersección entre el núcleo y el manto terrestre, en la profundidad del planeta.
En el nuevo estudio, el equipo también cita otra hipótesis, la cual sostiene que la anomalía tal vez sea parte de un «remolino excéntrico de escala planetaria» en el núcleo exterior de la Tierra, capaz de generar extraños efectos en la frontera núcleo-manto.
Es complicado saber si alguna de estas hipótesis es cierta. Pero, por lo menos, ahora sabemos que los secretos sobre esta rareza en el campo magnético yacen muy profundo y se remontan a tiempos mucho más ancestrales de lo que se creía.
Los hallazgos han sido publicados en PNAS.
Fuente: ScienceAlert. Edición: MP.
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1 comentario
5:50
Hay una región entre Chile, Bolivia y Perú, que parece ser se produce una importante anomalía magnética.
ResponderDesde hace muchos años, en las cartas de navegación aérea, está marcado el sector con un "Danger" y advierten que no se debe pasar por ahí porque la brújula acusa errores muy notables..., vaya, que se vuelve loca ¡¡
De verdad, ¡¡ Conocemos tan poco este planeta...!!