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El método consiste en detectar mensajes alienígenas mientras viajan rápidamente entre planetas.
Desde que en la década de 1960 se iniciaron los primeros estudios modernos del programa SETI (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre, por sus siglas en inglés), científicos han estado atentos a señales cósmicas extrañas que no puedan explicarse naturalmente. Aunque hasta ahora no se ha identificado ninguna señal como evidencia concluyente de vida inteligente más allá de la Tierra, la búsqueda no se detiene.
Tradicionalmente, las observaciones de SETI se han enfocado en explorar vastas áreas del cielo o en estudiar sistemas estelares específicos, con la esperanza de interceptar señales dirigidas hacia la Tierra o que pasen cerca. Pero un equipo de astrónomos de la Universidad Estatal de Pensilvania propone un enfoque diferente: ¿qué pasaría si los extraterrestres estuvieran transmitiendo mensajes entre exoplanetas, en lugar de enviar señales a nuestra dirección? Según esta teoría, podríamos tener la oportunidad de interceptar esas comunicaciones.
Nick Tusay, estudiante de doctorado en astronomía en la Universidad Estatal de Pensilvania, ha desarrollado una nueva técnica que podría detectar estas transmisiones interestelares. La idea se basa en observar los momentos en que un exoplaneta pasa frente a otro desde nuestra perspectiva en la Tierra, fenómeno conocido como «ocultación». Durante estas ocultaciones, el planeta que está detrás puede no quedar completamente cubierto, lo que significa que cualquier mensaje transmitido desde ese planeta podría «derramarse» al espacio y ser captado por radiotelescopios terrestres.
«Quiero encontrar, o al menos buscar, señales que una civilización extraterrestre podría emitir como parte de sus actividades cotidianas, sin intención de comunicarse con nosotros», explica Tusay.
Este método, detallado en un estudio publicado en The Astronomical Journal este año, se centra en detectar señales de radio de banda estrecha. Estas señales, utilizadas por transmisores humanos, son marcadores inequívocos de actividad artificial, ya que no se producen naturalmente.
Las señales de banda estrecha son especialmente interesantes para los astrónomos porque representan tecnología avanzada. Los humanos las utilizan, por ejemplo, para comunicarse con naves espaciales mediante la Red del Espacio Profundo de la NASA. Según Seth Shostak, astrónomo principal del Instituto SETI, este tipo de señales serían una prueba clara de comunicación extraterrestre, aunque no necesariamente dirigida a la Tierra.
«Tal vez los alienígenas usen un sistema de señalización que no podamos imaginar, pero las leyes de la física en su mundo serían las mismas que aquí», comenta Shostak. «Enviar señales de radio sería un método probable porque es coherente con la física del universo».
Rebecca Charbonneau, historiadora de SETI y autora de Mixed Signals: Alien Communication Across the Iron Curtain, coincide en que este enfoque es práctico porque se basa en lo que entendemos. Desde los inicios del programa SETI, en los años 50 y 60, la humanidad ya usaba señales de radio para comunicarse, y comenzaba a preguntarse si otras civilizaciones podrían hacer lo mismo.
«Estamos influenciados por nuestro propio entorno al imaginar qué esperar de otras civilizaciones, porque la radio ha sido históricamente nuestro principal medio de comunicación», dice Charbonneau.
A medida que nuestra tecnología ha evolucionado, hemos adoptado métodos más avanzados como fibra óptica e internet, lo que podría dificultar que una civilización extraterrestre detecte nuestras señales. Además, es posible que los alienígenas estén utilizando tecnologías de comunicación tan avanzadas que no podamos siquiera concebirlas. Un estudio reciente publicado en The Open Journal of Astrophysics plantea que podrían estar usando ondas gravitacionales —perturbaciones en el tejido del espacio-tiempo— para comunicarse, un fenómeno que los físicos apenas comienzan a entender.
Sin embargo, distinguir entre ondas gravitacionales naturales y artificiales sigue siendo un desafío insuperable para la ciencia actual. A pesar de ello, Tusay ve su técnica como un punto de partida. Aunque no planea desarrollarla más, espera que futuros avances permitan mejorarla para identificar señales extraterrestres.
Aunque detectemos una señal, descifrarla sería otro reto.
«Probablemente no podríamos decodificarla», admite Shostak. «Pero la modulación de la señal podría contener información básica, como el aspecto de su planeta o cómo se ven ellos mismos. Hay mucho que podríamos aprender simplemente apuntando nuestras antenas al cielo».
Charbonneau subraya la importancia de mantener un enfoque riguroso y cuestionar nuestros propios prejuicios. «Solemos buscar señales y civilizaciones similares a nosotros, pero eso podría limitarnos en la búsqueda».
«No encontrar nada no significa que no haya nada allí», concluye Tusay por su parte.
En última instancia, la posibilidad de interceptar mensajes entre planetas alienígenas es un recordatorio emocionante de que el universo podría estar lleno de conversaciones que aún no comprendemos. ¿Será posible que un día, mientras buscamos vida inteligente, descubramos que ya está hablando entre sí, sin saber que la estamos escuchando?
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