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Las excavaciones realizadas por la Misión Arqueológica Kuwaití-Polaca en un sitio del desierto de Al-Subiyah, en el norte de Kuwait, han sacado a la luz una enigmática cabeza de arcilla que representa la cultura de un pueblo prehistórico que prosperó en la región entre el 5500 y el 4900 a.C.
Con un cráneo alargado, nariz plana, ausencia de boca y ojos estrechos y entrecerrados, la pequeña escultura recuerda las figuras de «serpiente humana» que solía elaborar la cultura Ubaid.
Esta pieza artística, única en el sitio Bahra 1, aporta pruebas esenciales sobre la difusión de las prácticas y creencias ubaiditas a través de Asia occidental.
«Su presencia plantea intrigantes preguntas sobre su propósito y el valor simbólico o ritual que pudo tener para las personas de esta antigua comunidad», explicó el arqueólogo Piotr Bieliński en un comunicado reciente.
Mucho antes de que los sumerios establecieran una de las primeras civilizaciones de la humanidad, los ubaiditas sentaron las bases. Redes comerciales, sistemas de irrigación e incluso templos surgieron en lo que hoy es Irak y Kuwait, desarrollados por una cultura conocida por su distintivo estilo de cerámica.
Desde 2009, Bahra 1, un sitio arqueológico de la fase temprana de Ubaid, ha llamado la atención por características únicas, como una estructura identificada como un «edificio de culto» y un diseño arquitectónico inusual para su época.
Los artefactos descubiertos allí también ayudaron a resolver el misterio de la conocida como «cerámica roja tosca». Aunque este tipo de cerámica era abundante en la región, los lugares de su fabricación no habían sido identificados hasta el hallazgo de un taller de cerámica en Bahra 1, un descubrimiento crucial.
El hallazgo de ejemplos de esta cerámica junto con restos de trabajos ubaiditas —ambos con material vegetal incrustado en su arcilla— permite a los investigadores conectar el sitio con una amplia red cultural y comprender mejor la ecología de la región hace más de siete milenios.
«Los primeros análisis han revelado rastros de plantas silvestres, especialmente juncos, en la cerámica producida localmente, mientras que en las piezas importadas de Ubaid se han encontrado restos de plantas cultivadas, como cebada y trigo», señala el arqueobotánico Roman Hovsepyan.
Entre los platos y vasijas decorados por los artesanos ubaiditas destacan figuras femeninas estilizadas con cabezas de aves o reptiles. Estas esculturas de terracota, conocidas como figuras ofídicas por su apariencia serpentina, suelen tener ojos almendrados y cuerpos decorados con puntos que simulan escamas.
El significado de estas representaciones reptilianas es un tema abierto a debate. La mayoría de estas figuras han sido halladas en contextos domésticos o en tumbas junto con otros bienes, lo que sugiere un posible valor ritual o simbólico. Sin embargo, algunos teóricos de la hipótesis de los antiguos astronautas plantean que estas esculturas podrían ser evidencia de un contacto entre civilizaciones humanas y entidades extraterrestres en el pasado remoto. Según esta perspectiva, los rasgos reptilianos podrían representar seres avanzados e instructores que habrían interactuado con las culturas de la región, dejando un impacto duradero en sus creencias y arte.
Con el descubrimiento de lo que podría ser un fragmento ofídico en el taller de cerámica ubaidita más antiguo conocido en el golfo, los arqueólogos amplían el marco temporal y las conexiones entre estas figuras y la fascinante cultura ubaidita hacia nuevos horizontes, alimentando el interés tanto científico como especulativo sobre el legado de este enigmático pueblo.
Fuente: PCMA/UW/SciAl. Edición: MP.
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