La cuestión de si allí fuera existe una supercivilización ultra avanzada podría responderse mediante ondas gravitacionales.

Crédito: MysteryPlanet.com.ar.

Según un nuevo artículo escrito por un grupo internacional de científicos e ingenieros llamado Applied Physics, los detectores con base en nuestro planeta, como el LIGO, deberían —en teoría— ser capaces de detectar las ondas gravitacionales generadas por la megatecnología extraterrestre.

Esto, dicen los investigadores, extendería la búsqueda de inteligencia extraterrestre más allá de los vecinos más cercanos de la Tierra a todas las estrellas de la galaxia.

El documento, que aún no ha sido revisado por pares, se enviará a Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. Actualmente se puede encontrar en el servidor de preimpresión arXiv.

Nuestra capacidad para buscar tecnofirmas o mensajes de otras civilizaciones del cosmos se limita a unas pocas decenas de miles de estrellas. Los tipos de ondas electromagnéticas que usamos para comunicarnos se debilitan o atenúan a medida que se propagan, lo que hace que sea casi imposible filtrar el ruido más allá de un par de cientos de años luz.

Pero las señales de ondas gravitacionales son diferentes. No se atenúan de la misma manera que las señales electromagnéticas y se pueden detectar a distancias mayores. Entonces, si hubiera una civilización alienígena inteligente con tecnología que pudiera generar poderosas ondas gravitacionales, tal vez podríamos detectarla.

Impresión artística de ondas gravitacionales generadas por un binario de estrella de neutrones y agujero negro. Crédito: Mark Myers/OzGrav/Universidad Swinburne.

Las ondas gravitacionales son prácticamente la única herramienta que tenemos para sondear el cosmos que no depende de la luz. Son generadas por eventos masivos; aquí en la Tierra, las ondas gravitacionales que hemos detectado han sido producidas por colisiones entre objetos compactos masivos, agujeros negros y estrellas de neutrones. Cuando estos cuerpos estelares colisionan y se fusionan envían ondas en el tejido mismo del espacio-tiempo —un poco como la forma en que una roca que cae en un estanque genera pequeñas ondas, excepto que en este caso es la velocidad de la luz—.

En realidad, cualquier objeto con masa que se acelere produce ondas gravitacionales. Pero las ondas producidas por algo tan poderoso como un gran cohete aún serían demasiado pequeñas para nuestras capacidades de detección actuales. Entonces, si una civilización alienígena tuviera tecnología capaz de producir ondas gravitacionales que pudiéramos detectar, tendría que ser bastante impresionante.

RAMAcrafts

Dirigidos por el físico Luke Sellers de la Universidad de California en Los Ángeles, los investigadores se propusieron calcular el tamaño y la velocidad de una nave extraterrestre que sería detectable por LIGO, lo que llamaron una nave espacial de aceleración rápida y/o masiva; o RAMAcraft (naveRAMA), por sus siglas en inglés.

Determinaron que LIGO es capaz de detectar una RAMAcraft que tenga una masa similar a la de Júpiter —eso es 317,8 masas terrestres, por lo que podemos descartar la fabricación de una en el corto plazo—, con un impulso warp que podría acelerar al 10 por ciento de la velocidad de la luz. Si una nave espacial de este tipo operara a unos 100 kiloparsecs, o 326.000 años luz, de la Tierra, podríamos detectarla.

Dado que el disco de la Vía Láctea tiene un diámetro de alrededor de 260.000 años luz, eso cubriría cómodamente las estrellas de nuestra galaxia natal.

Crédito: Applied Physics.

«Nuestro estudio de los motores warp ha allanado el camino para la detección de ondas gravitacionales», dijo el físico Gianni Martire, director ejecutivo de Applied Physics. «Este nuevo método no se limita al rango tradicional de señales electromagnéticas; por lo tanto, ya tenemos la capacidad de sondear todas las 1.011 estrellas de la Vía Láctea en busca de impulsos warp, y pronto, la capacidad de sondear miles de otras galaxias».

Los detectores de ondas gravitacionales propuestos para el desarrollo futuro, como el DECi-hertz y el Big Bang Observer, deberían ser 100 veces más sensibles que LIGO y, por lo tanto, podrían expandir el volumen de búsqueda en más de 106, afirmaron.

Todos estos son grandes condicionantes. Pero ahora que se ha sentado la base, el equipo espera generalizar sus métodos para buscar objetos más pequeños más cerca de casa. Estas búsquedas convertirían las ondas gravitacionales en unidades RAMADAR (RAMAcraft Detection And Ranging).

«La detección de ondas gravitacionales es una ciencia sofisticada, aunque todavía está en pañales», escribieron los investigadores en su artículo. «A medida que se desarrolle más la metodología, la sensibilidad de los detectores puede llegar a ser tal que la detección de estos objetos sea un hecho regular. Con este espíritu, sería interesante completar una búsqueda completa de estos objetos... Invitamos a la comunidad científica a unirse a nosotros».

Fuente: Business Wire/SciAl. Edición: MP.

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