El inesperado impacto, que momentáneamente dispersó la cola del cometa, fue captado por una nave espacial de la NASA.

La cola del cometa Nishimura después de ser golpeada por una CME el 6 de septiembre. Crédito: Eliot Herman.

También conocido como C/2023 P1, fue avistado por primera vez dirigiéndose rápidamente hacia el Sol el 12 de agosto por el astrónomo amateur japonés Hideo Nishimura. Su trayectoria pronunciada inicialmente sugería que podría ser un objeto interestelar —como Oumuamua o el cometa 2I/Borisov— que abandonaría el sistema solar después de dar la vuelta al astro rey. Sin embargo, observaciones posteriores revelaron que el cometa se originó en la Nube de Oort (un depósito de cometas y otros objetos helados más allá de la órbita de Neptuno) y tiene una órbita altamente elíptica que lo lleva al interior del sistema solar aproximadamente cada 430 años.

El 12 de septiembre, Nishimura alcanzó su punto más cercano a la Tierra al pasar a una distancia de 125 millones de kilómetros de nuestro planeta —aproximadamente 500 veces la distancia promedio entre la Tierra y la Luna—. En los días previos a esto, se hizo claramente visible cerca del horizonte poco antes del amanecer y poco después del atardecer, lo que resultó en algunas fotos impresionantes del objeto helado surcando el cielo nocturno. En algunas de estas fotos, Nishimura emitía un resplandor verde debido a una alta concentración de dicarbono en la nube de gas y polvo —conocida como coma— que rodea su núcleo rocoso.

El cometa C/2023 P1 (Nishimura) entre árboles en el desierto occidental de Egipto, 26 de agosto de 2023. Crédito: Osama Fathi.

El 17 de septiembre, el cometa alcanzó su distancia mínima al Sol (perihelio), mientras orbitaba alrededor de nuestra estrella madre a una distancia de 33 millones de km. Este tipo de encuentro cercano a menudo puede hacer que los cometas se quemen y se rompan. Pero este no fue el caso para Nishimura, los astrónomos pronto descubrieron que había sobrevivido a la maniobra supercalentada y de alta gravedad.

A medida que se alejaba del Sol, pasó frente a la sonda STEREO-A de la NASA, que siguió de cerca al cometa en fuga. Luego, el 22 de septiembre, el Sol expulsó una enorme onda de plasma, o gas ionizado, que provino de una fuerte ráfaga de viento solar o de una eyección de masa coronal (CME), según informó Spaceweather.com.

«La CME arrancó la cola del cometa en lo que se conoce como un evento de desconexión. El efecto es solo temporal y totalmente inofensivo para el cometa», explicó Karl Battams, un astrofísico del Laboratorio de Investigación Naval de los Estados Unidos, quien creó el video que se puede ver a continuación en base a las imágenes de STEREO-A.

«Después de un evento de desconexión, la cola de un cometa volverá a crecer a medida que más polvo y gas sean expulsados del cometa», añadió.

No es la primera vez que Nishimura pierde su cola. A principios de septiembre, un par de CMEs chocaron contra el cometa, causando al menos un evento de desconexión. Pero a pesar de ser constantemente golpeado por el Sol, el cometa ha resistido estoicamente cada embestida y permanece en su trayectoria original.

«Para la mayoría de las personas, es improbable que el cometa vuelva a ser visible a simple vista antes de dirigirse de nuevo hacia la Nube de Oort. Sin embargo, a menos que se rompa al azar en las próximas semanas y meses (lo cual es posible), parece que hay una buena posibilidad de que las personas dentro de unos siglos puedan disfrutarlo la próxima vez que pase por el vecindario», concluyó Battams.

Fuente: Space.com/LiveSci/SW. Edición: MP.

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