Drake es mejor conocido por la ecuación que lleva su nombre, una fórmula que estima cuántas civilizaciones alienígenas detectables pueden existir en nuestra galaxia, la Vía Láctea.

Frank Drake.

Frank Drake en su casa en California, 2015. Crédito: Ramin Rahimian/WP.

El viernes (2 de septiembre), la familia del célebre astrónomo anunció que falleció pacíficamente a los 92 años en su casa de California, cerca del sitio de su puesto académico final en la Universidad de California, Santa Cruz.

Frank Drake nació el 28 de mayo de 1930 en Chicago. Obtuvo una licenciatura en ingeniería física de la Universidad de Cornell y una maestría y un doctorado en radioastronomía de Harvard.

Su doctorado y su carrera académica eventualmente lo llevaron al observatorio de Arecibo, donde participó en la conversión de un sitio de investigación militar a una instalación civil centrada en la ciencia, convirtiéndose más tarde en su director.

Desde allí emprendió una tarea desafiante para su tiempo, la búsqueda de inteligencias extraterrestres. Su contribución más destacada en esta área fue lo que ahora se conoce como la ecuación de Drake, una fórmula para estimar la cantidad de civilizaciones en nuestra galaxia, la Vía Láctea, susceptibles de poseer emisiones de radio detectables.

La ecuación de Drake identifica los factores específicos que, se cree, tienen un papel importante en el desarrollo de las civilizaciones. Aunque en la actualidad no hay datos suficientes para resolver la ecuación, la comunidad científica ha aceptado su relevancia como primera aproximación teórica al problema, y varios científicos la han utilizado como herramienta para plantear distintas hipótesis —e incluso actualizarla para ponerla al tanto de los avances y conocimientos más modernos—.

Drake mantuvo su interés en la cuestión de la vida extraterrestre a lo largo de su carrera. Mientras trabajaba en Arecibo, estuvo involucrado en un proyecto que transmitía un mensaje desde esa instalación a un grupo de estrellas. También ayudó a elaborar dos mensajes enviados con nuestro primer hardware que se esperaba que abandonara el sistema solar: una placa en Pioneer 10 y 11 y discos de oro colocados en las sondas Voyager. Asimismo, estuvo involucrado con el instituto SETI y sirvió en su consejo de administración.

Fuente: ARS. Edición: MP.

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