Con la muerte de Tam, el último rinoceronte de Sumatra macho en Malasia, otro clavo ha sido martillado en el ataúd de especies en peligro. Ahora, solo queda una rinoceronte de Sumatra hembra llamada Iman en el país. Así, los esfuerzos por intentar que la especie se reproduzca han llegado a su fin.

Tam cayó enfermo a finales de abril, perdiendo su apetito y energía. Su agonía fue lenta hasta que ayer, 27 de mayo, el rinoceronte de 30 años dio su último respiro en la reserva de vida silvestre Tabin, en Sabah, la cual ha sido su hogar desde que fue capturado en 2008.

«Hoy despedimos a Tam, el último sobreviviente macho de los rinocerontes de Sumatra», escribió WWF Malasia en Facebook. «Nuestros corazones están llenos de tristeza mientras lloramos no solo la pérdida de vida salvaje sino de una especie».

La causa de muerte aún no se dio a conocer, pero la evidencia que trascendió hasta el momento sugiere que sus riñones y tal vez también su hígado, habían comenzado a fallar. Lo más probable es que haya sido la edad, ya que la expectativa de vida de estos animales no supera los 35 o 40 años.

En Malasia, los rinocerontes de Sumatra (Dicerorhinus sumatrensis) fueron declarados extintos del mundo silvestre en 2015, pero mientras Tam permaneciera vivo aún había un ápice de esperanza de revivir a su especie.

Lamentablemente, los esfuerzos para que Tam tuviera descendencia utilizando fecundación in vitro en dos ejemplares hembras cautivas —Puntung (capturada en 2011) e Iman (capturada en 2014)—, fueron infructuosos.

Puntung fue sometida a eutanasia tras contraer un cáncer incurable en 2017. Por ende, en Malasia solo queda Iman como última sobreviviente.

Y no luce mejor para el resto del  mundo. Menos de 80 individuos permanecen aún en lo silvestre, esparcidos en partes de Kalimantan (el nombre indonesio de la isla de Borneo) y Sumatra, y sus números son cada vez menores. La pérdida de hábitat ocasionada por la caza furtiva ha llevado a la especie al borde de la extinción.

Las poblaciones que restan son pequeñas y están aisladas unas de otras. Estos rinocerontes, además, son usualmente animales solitarios que solo socializan cuando se tienen que aparear o cuando tienen a sus crías. Esto hace que hallar a una pareja para copular sea aún más dificultoso.

Tam, mayo de 2014. Crédito: Chris Annadorai.

Asimismo, la fertilidad es un problema. A menos que queden preñadas de manera regular, las rinocerontes hembras desarrollan complicaciones uterinas, como quistes, que las vuelven infértiles. Esto, en combinación con la pobre calidad de la esperma de Tam, es la razón por la cual fallaron los intentos de impregnar a Iman y Puntung.

Iman aún produce óvulos viables, lo que significa que la fecundación in vitro y la subrogancia todavía son una posibilidad. De todas maneras, Susie Ellis, directora ejecutiva de la International Rhino Foundation, ha declarado que los intentos para intercambiar gametos con santuarios indonesios no han tenido éxito en el pasado.

La pérdida de Tam pone de manifiesto la urgencia de encontrar los rinocerontes de Sumatra en el mundo salvaje que queden en otros lugares, como la mencionada isla de Borneo, para llevarlos a santuarios donde puedan ser protegidos y se reproduzcan.

El santuario en Malasia tiene esperanzas que Indonesia pueda ser persuadida para unir fuerzas.

Fuente: ScienceAlert.

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 1 comentario
Comentarios
May 28, 2019
21:53
#1 HORACIO:

TE PARTE EL CORAZON...QUE HIJAPUTEZ LA HUMANA...SOMOS LAS BESTIAS MAS PELIGROSAS DEL PLANETA

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