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Un nuevo estudio ha descubierto que la roca espacial que impactó la Tierra hace 66 millones de años y devastó la vida antigua en el planeta siguió una ruta notablemente extensa antes de llegar aquí.
Según una teoría ampliamente aceptada, la extinción masiva en el límite Cretácico-Paleógeno fue desencadenada por el impacto de un asteroide de al menos 10 kilómetros de diámetro cerca de Chicxulub, en la península de Yucatán, México. Al impactar, el objeto y grandes cantidades de roca terrestre se vaporizaron, y finas partículas de polvo se dispersaron en la estratósfera, oscureciendo el sol. Esto provocó cambios dramáticos en las condiciones de vida en el planeta y detuvo la actividad fotosintética durante varios años.
Las partículas de polvo liberadas por el impacto formaron una capa de sedimento alrededor del planeta, lo que permite identificar y muestrear el límite Cretácico-Paleógeno en muchos lugares de la Tierra. Esta capa contiene altas concentraciones de metales del grupo del platino, que provienen del asteroide y son extremadamente raros en la corteza terrestre.
Ahora, geocientíficos de la Universidad de Colonia, en Alemania, lideraron un estudio internacional que analizó muestras de dicha capa de roca. Al analizar la composición isotópica del metal platino rutenio en el laboratorio, revelaron que efectivamente era de origen extraterrestre y que, más específicamente, procedía de un lugar remoto del sistema solar exterior.
«La composición de la roca es consistente con la de los asteroides carbonáceos que se formaron fuera de la órbita de Júpiter durante la formación del sistema solar», afirmó el Dr. Mario Fischer-Gödde, primer autor del estudio publicado en Science.
También se determinaron las composiciones isotópicas de rutenio para otros cráteres y estructuras de impacto de diferentes épocas en la Tierra para comparación. Estos datos muestran que, en los últimos 500 millones de años, casi exclusivamente fragmentos de asteroides tipo S han impactado nuestro mundo. A diferencia del impacto en el límite Cretácico-Paleógeno, estos asteroides provienen del sistema solar interior —más del 80 % de todos los fragmentos de asteroides que han golpeado la Tierra en forma de meteoritos provienen del sistema solar interior—.
«Descubrimos que el impacto de un asteroide como el de Chicxulub es un evento muy raro y único en el tiempo geológico. El destino de los dinosaurios y muchas otras especies fue sellado por este proyectil proveniente de las regiones más alejadas del sistema solar», concluyó el Dr. Carsten Münker, coautor del estudio.
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