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El cañón más grande conocido en el sistema solar es el protagonista indiscutible de las nuevas imágenes del orbitador Mars Express de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Mientras pasaba velozmente en la órbita marciana, la nave espacial capturó un par de agujeros en la superficie del planeta que forman parte del Valles Marineris, un sistema de cañones conocido como el Gran Cañón de Marte.
Con 4.000 kilómetros de largo y 200 kilómetros de ancho, Valles Marineris es casi 10 veces más largo y 20 veces más ancho que el vasto sistema de cañones que se encuentra en América del Norte. La Tierra no tiene nada que se acerque a en dimensiones a esta característica de Marte tan interesante para los científicos planetarios, quienes al estudiarlas pueden comprender mejor la historia geológica del planeta rojo.
Por ejemplo, Marte parece estar tectónicamente extinto ahora, con su corteza fusionada en una capa discreta que encierra el interior del planeta. Esto contrasta con la Tierra, cuya corteza está dividida en placas que pueden moverse, con toda una gama de consecuencias.
Valles Marineris, creen los científicos, se formó cuando Marte tenía placas tectónicas. Investigaciones recientes han propuesto que el sistema de cañones se formó como resultado de una grieta que se ensanchó entre placas, hace mucho tiempo.
Las imágenes de Mars Express hacen que el cañón parezca relativamente poco profundo, pero los dos chasmas (grietas) fotografiados son increíblemente grandes —la versión de resolución completa es de aproximadamente 25 kilómetros por píxel—. Una de estas profundas grietas, llamada Ius Chasma, se extiende 840 kilómetros de longitud en su totalidad; y la otra, Tithonium Chasma, 805 kilómetros.
El orbitador también está equipado con capacidades de imágenes en 3D, que revelan que, en esta imagen, el cañón alcanza la mayor profundidad posible —alrededor de 7 kilómetros, cinco veces más profundo que el Gran Cañón—.
Hay varias características de nota que las imágenes revelan en los dos chasmas. Dentro de Ius, probablemente se formó una hilera de montañas irregulares cuando las dos placas tectónicas se separaron. Como eso fue hace algún tiempo, estas montañas están bastante erosionadas.
Tithonium, por otro lado, está parcialmente coloreado con un tono más oscuro en la parte superior de la imagen. Esto puede haber venido de la cercana región volcánica de Tharsis al oeste del chasma. Montículos más pálidos surgen de dentro de esta arena oscura; estas son en realidad montañas que miden más de 3 kilómetros de altura.
Sin embargo, las cimas de las montañas han sido arrasadas gracias a la erosión. Esto sugiere que cualquier material del que esté hecha la montaña es más suave y más débil que la roca que la rodea, si bien esa roca tampoco es impermeable. En la parte inferior derecha de la más visible de las montañas, las características sugieren un deslizamiento de tierra reciente de la pared del cañón a la derecha.
Curiosamente, Mars Express ha detectado minerales que contienen sulfato en algunas de las características dentro de Tithonium Chasma. Esto se ha interpretado como evidencia de que el chasma estuvo una vez —al menos parcialmente— lleno de agua.
La evidencia está lejos de ser concluyente, pero las detecciones recientes de hidrógeno en el abismo sugieren que una gran cantidad de agua puede estar ligada a minerales debajo de la superficie.
Al igual que con la mayoría de la ciencia de Marte, es difícil sacar conclusiones con certeza, ya que nos vemos obligados, al menos actualmente, a estudiarlo de forma remota. Pero identificar áreas de interés podría ayudar en la planificación de futuras misiones a Marte, tanto tripuladas como no tripuladas —enviar un rover a Valles Marineris ciertamente ayudaría a los científicos a responder algunas de las preguntas candentes que han surgido—.
Imágenes como estas son científicamente útiles porque ayudan a formular y, a veces, a responder esas preguntas. Pero también son espectacularmente hermosas.
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