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Un detectorista de metales sacó a la luz la moneda de oro después de que esta pasara siglos oculta en las montañas de Valdres, en el centro de Noruega.
«Es difícil presumir sobre hallazgos así porque suena absolutamente increíble. Pero eso es lo que es», declaró May-Tove Smiseth, la arqueóloga del condado de Innlandet contactada por el detectorista —cuyo nombre no trascendió— para informarle que había encontrado una moneda de oro en las montañas de Vestre Slidre.
«Que hallara una moneda de oro en un viaje aleatorio por las montañas es completamente surrealista», comentó. «Esto es inusual y excepcional. Por lo que hemos descubierto, la moneda es la única de su tipo en Noruega».
Y resultó ser verdad. Era una moneda de oro, originaria de lo que ahora conocemos como Estambul, Turquía, que otrora era conocida como Constantinopla.
La moneda es un histámenon nomisma bizantino. Estas monedas fueron introducidas en Bizancio alrededor del año 960 d.C. en lo que entonces era la parte oriental sobreviviente del Imperio romano.
Una cara de la moneda está estampada con una imagen de Cristo sosteniendo la Biblia. En la otra cara, probablemente estén representados los dos emperadores, Basilio II y Constantino VIII. Los dos hermanos gobernaron juntos en Bizancio durante casi 50 años, desde 976 hasta 1025.
«Presumiblemente, la moneda fue acuñada a principios del siglo XI. Es difícil determinar la fecha exacta, pero el borde punteado sugiere que fue al final del reinado de Basilio y Constantino», explicó Smiseth.
La moneda también lleva dos inscripciones. En latín dice: «Jesucristo, Rey de los que gobiernan», y en griego, se lee: «Basilio y Constantino, emperadores de los romanos».
De alguna manera, la moneda encontró su camino hacia Valdres en Noruega.
¿Acaso pudo ser originalmente parte de los tesoros que Harald Hardrada acumuló después de servir en la Guardia Varangiana para el emperador bizantino en 1034? La Guardia Varangiana consistía en mercenarios escandinavos que actuaban como guardaespaldas y eran conocidos por su valentía y fuerza.
En un comunicado de prensa, el condado de Innlandet escribió que en ese momento era costumbre para los guardias saquear el palacio cuando moría un emperador, y durante la estadía de Harald en Bizancio, murieron tres emperadores.
Los tesoros que Harald recopiló se usaron parcialmente como dote para casarse con Elisaveta, una de las hijas del príncipe Yaroslav de Kiev —por cierto, Basilio II, quien está representado en la moneda, era tío abuelo de Elisaveta—.
Las sagas también nos cuentan que Harald y sus hombres regresaron a Noruega en 1046 con inmensas riquezas, con barcos cargados de oro y otros objetos de valor.
«Todo suena increíble. Pero no es irreal pensar que esta es la procedencia de la moneda», dijo Smiseth.
A través de las montañas en Valdres, las rutas comerciales conectaban el este y el oeste. Tal vez un mercader viajero tuvo la mala suerte de perder la espléndida moneda de oro en un viaje comercial.
«Podríamos aprender más sobre esto el próximo año, porque el descubrimiento se realizó tan tarde en otoño de este año, y el suelo ya se había congelado. Por lo tanto, el lugar del hallazgo se examinará más detenidamente en la primavera», detalló la arqueóloga.
Svein Harald Gullbekk es profesor en el Museo de Historia Cultural en Oslo y su experiencia incluye las monedas. Confirma que, aunque ocasionalmente se encuentran, la moneda bizantina es un hallazgo raro en Noruega.
«La moneda es también un hallazgo realmente interesante, y la razón es que no es solo un objeto cualquiera», dijo. «Podemos fecharla, sabemos de dónde viene, podemos ubicarla en la historia noruega con un trasfondo de datación bastante preciso. Así que es un hallazgo muy especial y espléndido».
De igual manera, Gullbekk habló sobre los guerreros escandinavos que sirvieron a los emperadores en Bizancio.
«La moneda no parece haber estado en circulación durante tantos años, así que podría ser una exageración pensar que vino necesariamente con Harald cuando regresó a casa. Él no fue el único escandinavo que estuvo allí y regresó. Pero es el que se menciona en fuentes escritas de la misma época», concluyó.
Fuente: Science Norway. Edición: MP.
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