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La supernova brilló en el cielo durante años, pero los eruditos bizantinos nunca escribieron sobre ella debido a presuntas prohibiciones de la Iglesia.
En el año 1054 d.C., una estrella cercana se quedó sin combustible y estalló en una deslumbrante explosión de supernova. Aunque se encuentra a 6.500 años luz de distancia, la explosión fue claramente visible en los cielos de la Tierra durante 23 días y varios cientos de noches después.
La explosión, ahora conocida como SN 1054, fue tan brillante que los astrónomos chinos la llamaron «estrella invitada», mientras que los observadores del cielo en Japón, Irak y posiblemente América registraron la repentina aparición de la explosión por escrito y en piedra. Pero en Europa —que en ese momento estaba gobernada en gran parte por el emperador bizantino Constantino IX y la Iglesia cristiana— la gran y deslumbrante explosión en el cielo nunca se mencionó, ni siquiera una vez.
¿Por que no? ¿La iglesia simplemente ignoró esta estrella espontánea, o fue un complot más nefasto para encubrir la realidad del cosmos en juego? Según una nueva investigación, una pista de la respuesta puede esconderse en un lugar inesperado: una moneda de oro de edición limitada.
En un estudio publicado en la edición de agosto de 2022 del European Journal of Science and Theology, un equipo de investigadores analizó una serie de cuatro monedas de oro bizantinas acuñadas durante el reinado de Constantino IX, desde 1042 hasta 1055 d.C. Mientras que tres de las monedas mostraron solo una estrella, los autores sugieren que la cuarta moneda —que muestra dos estrellas brillantes que enmarcan una imagen de la cabeza del emperador— puede ser una representación sutil y posiblemente herética de la supernova de 1054.
Según la interpretación del equipo, la cabeza del emperador puede representar el sol, la estrella oriental representa a Venus —regularmente visible de día y llamado por eso «lucero del alba»—, mientras que la estrella occidental representa SN 1054, que fue visible durante casi un mes en el cielo diurno opuesto a Venus. El equipo agrega que las dos estrellas también pueden representar a las iglesias ortodoxa oriental y católica occidental en guerra, que se separaron durante un evento llamado Gran Cisma en julio de 1054.
Si esta interpretación es correcta, y la moneda rara muestra SN 1054, entonces sugiere que a los eruditos bizantinos se les puede haber prohibido estudiar o escribir sobre la supernova debido a restricciones religiosas. En esencia, la Iglesia puede haber tenido un «prejuicio filosófico contra cualquier cambio observado en el cielo nocturno supuestamente perfecto y eterno», escribieron los investigadores en el artículo. Combinado con el caos del cisma en ese momento, los funcionarios de la Iglesia pueden haber considerado prudente simplemente ignorar la supernova. Pero al menos un erudito inteligente puede haber encontrado una forma de eludir la censura.
«Dada la postura de la Iglesia sobre la astronomía/astrología, habría un fuerte incentivo para no informar la ocurrencia de ningún evento, incluida una supernova obvia, que amenazaría el statu quo teológico/astronómico», argumentaron los autores del estudio. «Quizás una de las formas en que un astrónomo inteligente de la Universidad de Constantinopla de Constantino IX registraría el evento sería usar un cifrado, en este caso, una moneda acuñada de una edición especial que salió después del evento de 1054».
Los autores también visitaron varias colecciones de museos para estudiar 36 copias de esta moneda de dos estrellas, lo que sacó a la luz otro detalle peculiar. El tamaño de la estrella occidental que se muestra en las monedas no era uniforme, sino que parecía encogerse con el tiempo, posiblemente para representar el oscurecimiento gradual de SN 1054 en el cielo de la Tierra.
Estas son hipótesis razonables, aunque carecen de evidencia concreta, admiten los autores del estudio. El tamaño y la disposición de las estrellas en las monedas podrían representar algo completamente diferente, y solo coinciden con la aparición de la supernova. Además, no hay una fecha definitiva asignada a ninguna de las 36 monedas examinadas, por lo que es imposible decir con certeza si fueron acuñadas antes o después de que apareciera la supernova.
Hoy, SN 1054 todavía es visible como la Nebulosa del Cangrejo, aunque necesitará un muy buen telescopio para apreciar adecuadamente su belleza crustácea. Por suerte para los astrónomos de hoy, no hay emperadores que les impidan estudiar el fascinante objeto.
Fuente: Live Science. Edición: MP.
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