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Un sorprendente hallazgo realizaron arqueólogos egipcios al descubrir lo que había dentro de una tumba que, se estima, tiene cerca de dos mil años. Al interior de la misma, se encontraron con dos momias, pero, además, con cerca de 50 ratones, gatos y halcones que también estaban momificados.
«En el sitio arqueológico Al Dayabat (Sohag, Egipto) se ha descubierto por accidente una tumba detalladamente decorada del periodo helenístico (siglos IV-I a.C.)», reporta el Ministerio de Antigüedades egipcio.
La Policía de Turismo y Antigüedades arrestó en ese lugar a un grupo de delincuentes que realizaba excavaciones ilegales cerca de ese sepulcro, que se encuentra en buen estado de conservación.
Tras finalizar las investigaciones, el Ministerio de Antigüedades de Egipto estableció una misión arqueológica científica para iniciar las excavaciones en el lugar dirigida por Mostafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de ese país.
La tumba está excepcionalmente decorada y aloja los restos de un noble llamado Toutou y su esposa, una música. Consta de dos cámaras pequeñas que contienen dos sarcófagos de piedra caliza y una momia muy bien conservada que aún no se ha identificado.
Sin embargo, unos de los hallazgos más llamativos fue una colección de animales y aves momificados, desde halcones hasta águilas, gatos, perros y musarañas.
La momificación en el Antiguo Egipto no sólo se produjo en los seres humanos sino que también se llevó a cabo en animales, aunque por diferentes motivos.
Cuando una mascota de una persona moría, ya fuesen gatos, perros, monos o cualquier otro animal, podían ser momificados, incluso, a imitación de los humanos, y también se le podía confeccionar sarcófago o estela funeraria especial. Se conoce el caso del perro Abutiu, que por orden del faraón tuvo un entierro ceremonial como si fuese un dignatario humano En otros casos, en animales específicos, los egipcios también veían la encarnación de una deidad, por lo que en los templos se les proporcionaba alimentación especial, cubriéndolos a veces de joyas y cuando morían, se les daba un funeral especialmente elaborado, como en el caso de los babuinos. Cabe destacar aquí al toro Apis, que fue momificado y enterrado en una tumba, en el Serapeum de Saqqara.
En el período Grecorromano de Egipto, no sólo determinados animales individuales fueron considerados divinidades, sino que se consideraba sagrada toda su especie, por lo que se procedió a la momificación masiva de gatos, cocodrilos, perros, ibis, halcones, carneros o toros.
Fuente: Ministerio de Antigüedades.
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1 comentario
22:18
TODOS LOS ANIMALES DEBERIAN SER INCLUIDOS CASI COMO SAGRADOS.....MENOS EL HUMANO.DESDE YA..SALUDOS
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