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El deshielo del antiguo permafrost debido al cambio climático puede representar una nueva amenaza para los humanos. Así lo advierte un equipo de investigadores que logró revivir casi dos docenas de virus, incluido uno congelado bajo un lago hace más de 48.500 años.
El mismo equipo internacional autor del presente estudio ya había revivido previamente un virus gigante de 30.000 años encontrado en el noroeste de Siberia. Pero ahora han roto ese récord al volver a la vida un patógeno hallado en el fondo de un lago siberiano. Llamado Pandoravirus yedoma, su antigüedad es de 48.500 años.
El Pandoravirus yedoma es igualmente gigante —lo suficiente grande como para ser examinado bajo un microscopio— y posee alrededor de 2.500 genes, en comparación con los virus modernos que tienen como máximo 20 genes. Este hecho llevó a los primeros científicos que los vieron a pasarlos por alto por considerarlos demasiado grandes para ser realmente virus. De hecho, pensaron que eran bacterias.
Los científicos han señalado durante mucho tiempo que el deshielo del permafrost debido al calentamiento atmosférico empeorará el cambio climático al liberar gases de efecto invernadero previamente atrapados, como el metano. Pero su efecto sobre los patógenos latentes es menos conocido.
El equipo compuesto por investigadores de Rusia, Alemania y Francia dijo que el riesgo biológico de reanimar los virus que estudiaron era «totalmente insignificante» debido a las cepas a las que se dirigieron, principalmente aquellas capaces de infectar microbios de ameba. La posible reactivación de un virus que podría infectar a animales o humanos es mucho más problemática, reconocieron, y advirtieron que su trabajo puede extrapolarse para mostrar que el peligro es real.
«Por lo tanto, es probable que el antiguo permafrost libere estos virus desconocidos al descongelarse», escribieron en un artículo publicado en el repositorio de preimpresión bioRxiv que aún no ha sido revisado por pares. «Todavía es imposible estimar cuánto tiempo estos virus podrían permanecer infecciosos una vez expuestos a las condiciones exteriores, y cuán probable será que encuentren e infecten a un huésped adecuado en el intervalo».
«Pero el riesgo seguramente aumentará en el contexto del calentamiento global cuando el deshielo del permafrost siga acelerándose y más personas poblarán el Ártico a raíz de las empresas industriales», concluyeron.
Fuente: New Scientist. Edición: MP.
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