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El polo norte magnético está moviéndose de su tradicional hogar en el Ártico canadiense hacia Siberia. Ahora un nuevo estudio científico cree haber encontrado el porqué: una batalla de tira y afloja entre dos masas gigantes que se esconden en las profundidades de la Tierra, en la frontera entre el núcleo y el manto terrestre.
Estas masas, áreas de flujo magnético negativo bajo Canadá y Siberia, han estado compitiendo entre sí, cambiando de forma e intensidad magnética. Y al parecer ya hay una ganadora: de 1999 a 2019, mientras que la masa canadiense se debilitaba, la siberiana incrementó su fuerza levemente e inclinó la balanza hacia su lado.
«Juntos, estos cambios han causado que el polo norte magnético viaje hacia Siberia», dijo Phil Livermore, profesor asociado de geofísica de la Universidad de Leeds en el Reino Unido y autor principal del estudio. «Nunca antes habíamos visto algo como esto»
Cuando los científicos ubicaron por primera vez el polo norte magnético (el punto hacia donde apunta la aguja de tu brújula) en 1831, se asentaba en Nunavut, en el norte del territorio canadiense. Pero pronto se dieron cuenta que no estaba fijo y era errático, si bien usualmente no se alejaba mucho de donde estaba. «Después, de 1990 a 2005, el polo magnético comenzó a saltar anualmente a una velocidad histórica, de 15 kilómetros a 60 km por año», escriben los investigadores.
En octubre de 2017, el polo norte magnético cruzó la línea horaria internacional y entró al hemisferio oriental, pasando dentro de los 390 km del Polo Norte geográfico y luego dirigiéndose hacia el sur. El cambio fue tan rápido, que en 2019 los geólogos se vieron forzados a publicar un nuevo Modelo Magnético Mundial (un mapa que incluye todo, desde la navegación aérea hasta el GPS en los smartphones) con un año de antelación.
La celeridad de los hechos había desconcertado a los hombres de ciencia.... hasta ahora, cuando Livermore y sus colegas notaron que estas «masas subterráneas» eran, en gran parte, las responsables.
El campo magnético terrestre es generado por el movimiento de aleaciones de hierro fundido en el núcleo externo del planeta. Y, como es de esperar, lo que suceda allí repercute en la ubicación del polo norte magnético.
Asimismo, el campo magnético no está confinado al núcleo, líneas magnéticas sobresalen de él, siendo las masas gigantescas de Canadá y Siberia justamente los lugares por donde escapan. «Si imaginas estas líneas del campo magnético como pasta, entonces estos parches serían como trozos de espagueti saliéndose del plato», explicó Livermore.
Los investigadores descubrieron que de 1999 a 2019, la masa bajo Canadá se alargó de este a oeste y se dividió en dos masas más pequeñas enlazadas, posiblemente debido a un cambio de patrón en el flujo del núcleo entre 1970 y 1999. «Esta división causó que la masa canadiense se debilitara», se lee en el estudio, donde se agrega que una diferencia de intensidad entre ambas provocó que la más fuerte se acercara a y potenciara a la de Siberia.
No obstante, los autores aclaran que tanto la masa canadiense como la siberiana se hallan en un delicado balance, donde cualquier reajuste menor en la configuración actual podría revertir la actual tendencia del polo norte magnético y regresarlo hacia donde estaba antes.
«Aunque nuestras investigaciones indican que el polo magnético continuará su viaje hacia Siberia, pronosticar el futuro es algo desafiante y no podemos estar seguros», concluyó Livermore.
El estudio detallando los hallazgos ha sido publicado en Nature Geoscience.
Fuente: Live Science.
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