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El cometa NEOWISE —una brillante bola de hielo espacial con dos coloridas colas— ha sido el protagonista de múltiples fotografías esta última semana, a medida que cruzaba el firmamento día a día en el hemisferio norte. Entre ellas, la siguiente se destaca en especial por haber en ella tres fenómenos que lo acompañan.
La imagen sobre estas líneas muestra a una impresionante aurora verde sobre el cometa que se eleva apenas sobre el horizonte. Además, aparecen unas columnas de luz purpúreas bailando en un raro fenómeno atmosférico conocido como STEVE (Strong Thermal Emissions Velocity Enhancement), considerado a menudo como el primo hermano de las auroras.
Por último, también se deja ver la estela dejada por un meteoro que se quemaba en la atmósfera justo en ese momento, es decir, «una estrella fugaz».
Para esta reunión de fenómenos en una sola imagen, la fotógrafa Donna Lach tuvo que disparar su cámara a la bóveda celeste unas 600 veces, desde las proximidades de su granja en Manitoba, Canadá.
Lach es una de las voluntarias ciudadanas para el proyecto llamado Aurorasaurus, financiado por la NASA y la Fundación Nacional de Ciencias, y cuyo objetivo rastrear auroras con las redes sociales.
La aurora típica es causada por electrones energéticos que viajan a través del campo magnético de la Tierra. Cuando esos electrones colisionan con la atmósfera aproximadamente a 100 kilómetros por segundo sobre la superficie de la Tierra, excitan a los átomos presentes en esta, los cuales reaccionan emitiendo luz roja, verde o violeta.
En contraste, STEVE no parece estar causado por electrones energéticos y presenta otro color. Las últimas investigaciones apuntan a que el fenómeno es generado por una banda de gases calientes a gran altura —iones que circulan a casi 6 kilómetros por segundo, propulsados por campos eléctricos y magnéticos en la atmósfera— y que además suele generarse en latitudes más bajas del planeta.
Desde el punto de vista de la fotógrafa, ambos fenómenos estaban alineados perfectamente, con la aparición repentina —y muy fortuita— de un meteoro que los cortó perpendicularmente al vaporizarse en la atmósfera. Todo mientras el cometa NEOWISE daba su espectáculo.
Se espera que el cometa se acerque a nuestro planeta en la noche del 22 al 23 de julio, cuando se ubique a unos 103 millones de kilómetros. Esa y las subsecuentes noches —hasta el domingo— serán las mejores para avistarlo en el cielo.
Posteriormente, NEOWISE seguirá su camino y no regresará al sistema solar interior hasta pasados 6.768 años.
Fuente: ScienceAlert. Edición: MP.
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1 comentario
11:11
EL SUEÑO DEL PIBE ESTA FOTOGRAFIA.!!!! FANTASTICA!
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