Para explorar la galaxia y buscar recursos, las civilizaciones Tipo 2 en la escala de Kardashov podrían convertir sus estrellas en naves espaciales naturales, según sugiere un nuevo estudio.

¿Estrellas más rápidas de la galaxia pilotadas por alienígenas inteligentes? Un nuevo estudio lo sugiere

Crédito: MysteryPlanet.com.ar.

Un nuevo estudio dirigido por el investigador Clement Vidal, de la Vrije Universiteit en Bruselas, plantea una intrigante posibilidad: civilizaciones extraterrestres avanzadas podrían utilizar sistemas estelares binarios para crear motores estelares capaces de mover estrellas y navegar por la galaxia.

 ¿Qué es un motor estelar?

Con el tiempo, toda civilización estelar se enfrentará al envejecimiento de su estrella anfitriona y al desplazamiento de su zona habitable. Esto hace inevitable que, para sobrevivir, tales civilizaciones necesiten migrar a otros sistemas estelares. Vidal sugiere que los llamados «motores estelares» podrían ser la solución para civilizaciones lo suficientemente avanzadas.

Un motor estelar es un concepto teórico que utiliza la energía de una estrella para generar empuje y, eventualmente, moverla. Si bien la idea puede parecer ciencia ficción, tiene bases teóricas que datan del escritor Olaf Stapledon y fueron ampliadas por el astrónomo Fritz Zwicky en el siglo XX. De hecho, en 1988, Leonid Shkadov diseñó un modelo de motor estelar, conocido como Propulsor Shkadov.

En su reciente investigación, Vidal amplía esta idea con un modelo específico llamado «Motor Estelar de Araña», basado en sistemas binarios de pulsar araña.

¿Qué son los pulsares araña?

Los pulsares araña son sistemas binarios formados por un pulsar de milisegundos y una estrella compañera de muy baja masa, como una enana roja o un objeto de masa planetaria. El nombre proviene de cómo el pulsar, a través de sus intensos rayos de radiación, «devora» gradualmente la masa de su compañera, en un proceso similar al comportamiento de las viudas negras o las arañas rojas.

El modelo de Vidal propone que uno de estos sistemas binarios funcione como un vehículo cósmico, en el que el pulsar actúa como motor y la estrella compañera como combustible. La radiación del pulsar evapora parte de la masa de la estrella compañera, generando un empuje que puede ser dirigido estratégicamente.

Los paneles superiores muestran el Motor Estelar Binario (BSE) en diferentes configuraciones, con la parte superior indicando la dirección de viaje. (a) El BSE está en modo de aceleración. (b) El BSE está girando hacia la izquierda. (c) El BSE está desacelerando. (d) Vista lateral que ilustra cambios en el plano orbital debido al calentamiento asimétrico de la estrella compañera, lo que genera una fuerza de elevación en relación con el plano orbital. Crédito: Vidal et al., 2024.

Para lograr este movimiento, una civilización avanzada tendría que idear formas de expulsar material de la estrella compañera de manera controlada. Esto podría lograrse mediante campos magnéticos asimétricos o dispositivos que generen un calentamiento desigual en la superficie de la estrella, creando una mayor expulsión de masa en una dirección específica. Este proceso genera un empuje que mueve al sistema binario en la dirección opuesta, según explica el científico.

Si la tecnología necesaria se ubicara sobre o cerca del pulsar, la intensa gravedad del objeto podría proporcionar la energía requerida para operar esta maquinaria. Además, el sistema podría ser dirigido ajustando el funcionamiento de la máquina. Por ejemplo, al activarla en un punto exacto de la órbita, se generaría un movimiento constante en una dirección. Si se prolongara su activación en ciertas fases, se podría modificar el curso, permitiendo dirigir el sistema hacia cualquier lugar dentro del plano orbital.

Estas capacidades convierten al Motor Estelar de Araña en una herramienta no solo para el movimiento, sino también para maniobras precisas, algo que lo diferencia de otros diseños teóricos de motores estelares.

¿Existen ejemplos observables en la galaxia?

Vidal señala que los pulsares araña podrían emitir «tecnofirmas», señales detectables que indicarían su manipulación por una civilización avanzada. Por ejemplo, el sistema PSR J1959+2048, conocido como el primer pulsar viuda negra, muestra características como un movimiento alineado con su eje de giro y modulaciones que podrían interpretarse como maniobras de dirección.

Los paneles de esta figura muestran a PSR J1959+2048, el pulsar Viuda Negra original. Izquierda: El pulsar Viuda Negra (en azul) está representado en el plano RA-DEC, y se muestra su vector de movimiento propio hasta que alcanza un encuentro cercano con una estrella objetivo, indicada en naranja. Centro: Vista de rayos X del pulsar Viuda Negra tomada por Chandra, que muestra una cola similar a la de un cometa; la estrella objetivo candidata también es visible en la esquina inferior derecha. Derecha: La imagen compuesta muestra la cola de rayos X (en rojo/blanco) y un frente de choque visible en el espectro óptico (en verde). Crédito: Rayos X: NASA/CXC/ASTRON/B. Stappers et al.; Óptico: AAO/J. Bland-Hawthorn & H. Jones.

Aunque estas observaciones no confirman la existencia de motores estelares, Vidal sugiere que son hipótesis plausibles que merecen ser estudiadas. En su análisis, incluso plantea que estas civilizaciones podrían estar utilizando los motores estelares no solo para migrar, sino también como un medio para «alimentarse» de sus estrellas anfitrionas y prolongar su supervivencia.

Más allá de la especulación

Si bien la idea de motores estelares puede parecer inverosímil, muchas teorías revolucionarias fueron vistas como improbables antes de ser aceptadas. Vidal no afirma que estemos observando motores estelares, pero sí insiste en que buscar sus tecnofirmas puede abrir nuevas puertas en la búsqueda de inteligencias extraterrestres.

«Los pulsares araña ofrecen candidatos observables para tecnofirmas de motores estelares, con décadas de datos disponibles y sistemas deslumbrantes que siguen siendo estudiados activamente», concluye el investigador en su estudio publicado en el servidor de preimpresión arXiv.

El estudio destaca que estos modelos no solo podrían inspirar soluciones avanzadas para propulsión espacial, sino también aplicaciones prácticas, como la defensa planetaria frente a asteroides. Una vez más, la frontera entre ciencia ficción y ciencia se difumina en la búsqueda de entender el cosmos y sus posibilidades.

Fuente: UT. Edición: MP.

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