El hallazgo del mecanismo de Anticitera, una computadora analógica antigua diseñada para predecir posiciones astronómicas y los eclipses de hasta diecinueve años con propósitos astrológicos y calendáricos, acaba de dar un giro fascinante. Un equipo de submarinistas ha escaneado el fondo marino en el lugar del naufragio y ha descubierto que hay una masa de metal de varias toneladas.

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El descubrimiento tuvo lugar cuando el equipo encontró un brazo de bronce perteneciente a una estatua griega bajo una de las grandes rocas redondeadas que hay en la zona del naufragio. Un detenido examen de la zona con detectores de metales reveló que hay una enorme masa de metal enterrada bajo las rocas. La naturaleza de esta masa aún no se ha podido determinar, pero se especula con que sean estatuas. No es la primera vez que aparecen fragmentos de estatuas de bronce, y los arqueólogos creen que hay al menos siete grandes estatuas enterradas bajo las piedras. Probablemente sean nueve.

El brazo de bronce hallado.

El brazo de bronce hallado.

Aunque la principal hipótesis es que se trata de estatuas, los científicos no descartan en ningún momento encontrar nuevas piezas del increíble mecanismo de Anticitera (las piezas halladas apuntan a que falta un disco) o incluso desenterrar nuevas reliquias similares. En la campaña de exploración del naufragio de este año han encontrado un disco de bronce con la imagen de un toro, pero la falta de engranajes sugiere que era decorativo, no parte del mecanismo.

La pieza circular encontrada este año.

La pieza circular encontrada este año.

La razón por la que estos objetos no han aparecido hasta ahora es que quedaron enterrados bajo un alud de grandes rocas que probablemente se desprendieron del talud submarino en el que reposa el barco durante algún terremoto posterior. Los exploradores están barajando usar pequeñas cargas explosivas como las que se usan en rescates submarinos para romper las rocas y poderlas retirar. Otra opción es perforar las rocas y llenar los agujeros de un compuesto que se dilata y parte la piedra.

El yacimiento de Anticitera (debe su nombre a la isla griega frente a cuya costa se encuentra) es de los más importantes precisamente por sus estatuas. Dos de ellas (el busto del filósofo Bión de Borístenes y el efebo de Anticitera) datan del siglo cuarto antes de Cristo. Eso plantea un interrogante adicional: ¿Qué hacían ambas estatuas en el barco que naufragó en Anticitera 300 años después?

El mecanismo de Anticitera.

El mecanismo de Anticitera.

La respuesta es más prosaica de lo que parece: reciclaje. Los antiguos griegos acostumbraban a fundir las estatuas antiguas que ya no estaban “de moda” para fundir otras nuevas. Esa práctica es la responsable de que se encuentren tantas estatuas a bordo de barcos hundidos de la época. No está claro, sin embargo, si ese es el caso de Anticitera.

Otras hipótesis sobre el navío es que fuera un barco mercante o el botín de contrabandistas y piratas. Sea como fuere, y aunque los griegos de la época consideraran las estatuas chatarra para reciclar, hoy tienen un valor incalculable. Eso por no mencionar que quizá encontremos más muestras de la extraordinaria tecnología que hizo posible el mecanismo de Anticitera y más claves sobre por qué lo crearon y para qué lo usaban.

Fuente: The Guardian/Traducción y edición: Carlos Zahumenszky.

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