Una nueva investigación revela que el mecanismo de Anticitera, un antiguo dispositivo del tamaño de una caja de zapatos utilizado para rastrear los movimientos del sol, la luna y los planetas, seguía el calendario lunar griego en lugar del calendario solar egipcio, como se creía previamente.

Necanismo de Anticitera, Luna.

Izquierda: Fragmento del mecanismo de Anticitera (Crédito: Mark Cartwright). Derecha: Luna (Crédito: NASA).

Técnicas desarrolladas para analizar las ondas en el espacio-tiempo detectadas por uno de los equipos científicos más sensibles del siglo XXI han arrojado nueva luz sobre la función de la computadora analógica más antigua conocida.

Astrónomos de la Universidad de Glasgow han utilizado técnicas de modelado estadístico desarrolladas para analizar las ondas gravitacionales con el fin de determinar el probable número de agujeros en uno de los anillos rotos del mecanismo de Anticitera, un antiguo artefacto que fue presentado en la película Indiana Jones y el Dial del Destino.

Mientras que la versión cinematográfica permitía al intrépido arqueólogo viajar en el tiempo, los resultados del equipo de Glasgow proporcionan nuevas pruebas de que uno de los componentes del mecanismo de Anticitera se utilizaba probablemente para seguir el año lunar griego. Además, ofrecen una nueva perspectiva sobre la notable artesanía de los antiguos griegos.

Nuevos detalles sobre el mecanismo

El mecanismo fue descubierto en 1901 por buzos que exploraban un naufragio cerca de la isla de Anticitera, en el Egeo. Aunque el dispositivo estaba roto en fragmentos y erosionado, pronto se hizo evidente que contenía una serie de engranajes complejos y excepcionalmente intrincados.

Décadas de investigaciones y análisis subsecuentes han establecido que el mecanismo data del siglo II a.C. y funcionaba como una especie de computadora mecánica manual. Los diales exteriores conectados a los engranajes internos permitían a los usuarios predecir eclipses y calcular las posiciones astronómicas de los planetas en cualquier fecha dada con una precisión sin igual para la época.

Reconstrucción moderna de 2007 del mecanismo por Mogi Vicentini.

En 2020, nuevas imágenes de rayos X de uno de los anillos del mecanismo, conocido como el anillo del calendario, revelaron detalles frescos de agujeros espaciados regularmente que se encuentran debajo del anillo. Sin embargo, dado que el anillo estaba roto e incompleto, no estaba claro cuántos agujeros había originalmente. El análisis inicial del investigador del mecanismo de Anticitera, Chris Budiselic, y sus colegas sugirió que probablemente eran entre 347 y 367.

Ahora, en un nuevo artículo publicado en el Horological Journal, los investigadores de la Universidad de Glasgow describen cómo utilizaron dos técnicas de análisis estadístico para revelar nuevos detalles sobre el anillo del calendario. Demuestran que es mucho más probable que el anillo tuviera 354 agujeros, lo que corresponde al calendario lunar, que 365 agujeros, que seguirían el calendario egipcio. El análisis también muestra que 354 agujeros es cientos de veces más probable que un anillo con 360 agujeros, que investigaciones anteriores habían sugerido como posible número.

«Hacia finales del año pasado, un colega me señaló datos obtenidos por el youtuber Chris Budiselic, quien estaba buscando hacer una réplica del anillo del calendario e investigaba formas de determinar cuántos agujeros contenía», comentó el profesor Graham Woan, de la Escuela de Física y Astronomía de la Universidad de Glasgow, uno de los autores del artículo. «Me pareció un problema interesante y pensé que podría resolverlo de una manera diferente durante las vacaciones de Navidad, así que me puse a utilizar algunas técnicas estadísticas para responder a la pregunta».

El profesor Woan utilizó una técnica llamada análisis bayesiano, que emplea la probabilidad para cuantificar la incertidumbre basada en datos incompletos, para calcular el probable número de agujeros en el mecanismo utilizando las posiciones de los agujeros sobrevivientes y la ubicación de los seis fragmentos del anillo que aún se conservan. Sus resultados mostraron una fuerte evidencia de que el anillo del calendario del mecanismo contenía 354 o 355 agujeros.

Precisión increíble

Al mismo tiempo, uno de los colegas del profesor Woan en el Instituto de Investigación Gravitacional de la universidad, el Dr. Joseph Bayley, también había oído hablar del problema. Adaptó técnicas utilizadas por su grupo de investigación para analizar las señales detectadas por los detectores de ondas gravitacionales LIGO, que miden las diminutas ondulaciones en el espacio-tiempo causadas por eventos astronómicos masivos —como la colisión de agujeros negros, al pasar por la Tierra— para examinar el anillo del calendario.

Los métodos de muestreo de Monte Carlo por cadenas de Markov y muestreo anidado que utilizaron Woan y Bayley proporcionaron un conjunto de resultados probabilísticos exhaustivo, sugiriendo nuevamente que el anillo contenía probablemente 354 o 355 agujeros en un círculo de radio de 77.1 mm, con una incertidumbre de aproximadamente 1/3 de mm. También revelaron que los agujeros estaban posicionados con una precisión extraordinaria, con una variación radial promedio de solo 0.028 mm entre cada agujero.

Crédito: G. Woan y J. Bayley. The Horological Journal, 2024.

«Estudios previos habían sugerido que el anillo del calendario probablemente seguía el calendario lunar, pero las técnicas duales que hemos aplicado en este trabajo aumentan considerablemente la probabilidad de que así fuera», afirmó Bayley, investigador asociado en la Escuela de Física y Astronomía y coautor del artículo.

«Esto me ha dado una nueva apreciación por el mecanismo de Anticitera y el trabajo y cuidado que los artesanos griegos pusieron en su fabricación: la precisión en la posición de los agujeros habría requerido técnicas de medición muy precisas y una mano increíblemente firme para perforarlos», añadió.

El profesor Woan, por su parte, destacó lo interesante que resulta el haber adaptado técnicas que se utilizan para estudiar el universo hoy en día para entender más sobre un mecanismo que ayudó a las personas a seguir el rastro de los cielos hace casi dos milenios.

«Esperamos que nuestros hallazgos sobre el mecanismo de Anticitera, aunque menos espectaculares que los hechos por Indiana Jones, ayuden a profundizar nuestra comprensión de cómo este notable dispositivo fue hecho y utilizado por los griegos», concluyó.

Fuente: Glasgow. Edición: MP.

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