Hundido hace más de 300 años, se cree que el San José transportaba 200 toneladas en tesoros, incluyendo oro, plata y esmeraldas. Ahora, el gobierno de Colombia ha anunciado que será recuperado del fondo del mar Caribe.

Pintura del hundimiento del San José, por Samuel Scott.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, desea que la recuperación del naufragio sea una de las «prioridades» de su administración antes de que termine su mandato en 2026. «El presidente nos ha pedido acelerar el proceso», dijo el ministro de Cultura, Juan David Correa.

El gobierno no ha revelado la ubicación exacta del naufragio ni un cronograma para la operación de recuperación. Sin embargo, el compromiso de sacar el tesoro del San José a la superficie es evidente. El proyecto se perfila como una operación delicada que equilibra la preservación de artefactos históricos con la extracción de valiosas mercancías.

La recuperación del tesoro del San José no es simplemente una cuestión de ganancia financiera, presenta numerosos desafíos y consideraciones, desde aspectos técnicos de rescate en aguas profundas hasta implicaciones éticas de la caza de tesoros.

La operación deberá navegar por las aguas turbias del derecho internacional, las preocupaciones de conservación y la preservación del patrimonio cultural.

Santo Grial de los naufragios

El San José, un galeón español de tres mástiles y 62 cañones, encontró su tumba acuática el 8 de junio de 1708, durante una feroz batalla contra los británicos en la Guerra de Sucesión Española. Con aproximadamente 600 almas a bordo, el barco se hundió cerca del puerto de Cartagena, llevándose consigo unas 200 toneladas estimadas de oro, plata y esmeraldas de las minas del Virreinato del Perú.

Se estima que este «Santo Grial de los naufragios» vale miles de millones de dólares. Esto se basa en la especulación de que llevaba hasta 11 millones de monedas de 8 escudos de oro (11 millones de monedas de 27 gramos de oro al 92 %, totalizando 8.8 millones de onzas troy de peso bruto, u $11.5 mil millones) y muchas monedas de plata a bordo en el momento de su hundimiento, similar a su barco hermano superviviente, el San Joaquín.

Esto convertiría a la nave de múltiples cubiertas en uno de los barcos hundidos con más riquezas jamás descubiertos. La plata y el oro provienen de las minas de Potosí, Bolivia.

Controversia

Durante años, el San José fue objeto de leyendas y especulaciones hasta que un equipo de buzos de la armada colombiana, bajo los auspicios del gobierno, descubrió el naufragio en 2015, reposando a unos 3.100 pies de profundidad.

Los cañones de la embarcación yaciendo en el fondo del mar.

Este hallazgo no estuvo exento de controversia; la empresa estadounidense Sea Search Armada, anteriormente conocida como Glocca Morra, afirmó haber localizado el naufragio en 1981 y proporcionado coordenadas al gobierno colombiano, esperando una parte del tesoro.

Asimismo, España y la nación indígena Qhara Qhara de Bolivia también reclaman parte de esta fortuna, afirmando que los españoles extrajeron la riqueza de su pueblo.

Fuente: The Independent. Edición: MP.

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