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En el transcurso del último mes, un nuevo agujero de la capa de ozono ha comenzado a formarse sobre el Ártico.
La capa de ozono sobre el Polo Norte se ha debilitado varias veces en el pasado. Sin embargo, esta vez el clima extremo y las condiciones atmosféricas han llevado a que merme más de lo normal, de acuerdo a un comunicado de prensa de la Agencia Espacial Europea (ESA).
«Desde el 14 de marzo, las columnas de ozono sobre el Ártico han disminuido a lo que normalmente se consideran "niveles de agujeros de ozono"», indica Diego Loyola, investigador del Centro Aeroespacial Alemán. Según sus datos, el espesor crítico de esta capa en condiciones convencionales de presión y de temperatura (1 atmósfera y 0° C, respectivamente) es de 2,2 milímetros, un valor que los índices actuales no alcanzan.
El experto destacó entre los factores implicados las temperaturas por debajo de -80° C en la parte de la estratosfera donde se encuentra ozono, a lo que se suman la luz solar, los vientos y sustancias como los clorofluorocarbonos (CFC). El agotamiento del ozono comienza cada año al final de la noche polar, cuando la primera luz solar roza el Polo Norte. Loyola espera que la situación se recupere ya a mediados de abril.
Datos del satélite Copernicus Sentinel-5P muestran que el agujero septentrional tiene ahora una extensión máxima de hasta 1 millón de kilómetros cuadrados, mucho menos de lo que mide el agujero sobre la Antártida, que anualmente alcanza unas dimensiones de entre 20 y 25 millones de kilómetros cuadrados y se mantiene así entre tres y cuatro meses aproximadamente.
Las temperaturas árticas no suelen llegar a extremos tan bajos como en la Antártida. Sin embargo, este año los poderosos vientos que soplan alrededor del Polo Norte atraparon el aire frío dentro de lo que se conoce como el «vórtice polar», un remolino circular de vientos estratosféricos.
Otro científico, Claus Zehner, gerente de la misión Copernicus Sentinel-5P de la ESA, ratifica que desde 1995 en todo el tiempo de observaciones de la capa no ha habido «una formación de agujeros de ozono de este tamaño en el Ártico».
La tendencia de estas semanas es contraria a lo que se ha venido observando en los últimos años. Según una evaluación del 2018, la capa de ozono en partes de la estratosfera se estaba recuperando desde el 2000 a un índice del 1 % al 3 % por década. Proyectando este valor al futuro, se pronosticó una recuperación completa del ozono en latitudes medias del hemisferio norte para el 2030, seguida por el hemisferio sur alrededor del 2050 y las regiones polares cerca del 2060.
En octubre pasado la NASA reconoció que el agujero de la capa de ozono alcanzó su menor tamaño sobre la Antártida desde el comienzo de las observaciones en 1982. El cambio había sido anticipado por una previsión del 2018 basada en las imágenes del mismo satélite Sentinel-5P.
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