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Un nuevo análisis de muestras recolectadas debajo de la capa de hielo de Groenlandia revela que la isla del Ártico era mucho más verde hace menos de 416.000 años.
Los hallazgos contradicen las opiniones anteriores de que el glaciar continental de Groenlandia, que cubre alrededor del 80 por ciento de la masa terrestre de 2.106.000 kilómetros cuadrados, ha persistido durante los últimos 2.5 millones de años.
«Estamos descubriendo que la capa de hielo es mucho más sensible al cambio climático de lo que pensábamos», dijo Tammy Rittenour, geocientífica de la Universidad Estatal de Utah (USU). «Esta es una llamada de atención premonitoria».
Una Groenlandia más verde significa que la capa de hielo de la isla, que parece formidable —de hasta 3 km de espesor en algunos lugares— no es tan estable como parece.
«Siempre supusimos que la capa de hielo se ha mantenido casi igual durante casi 2.5 millones de años», explicó Rittenour. «Pero nuestra investigación indica que se derritió lo suficiente como para permitir el crecimiento de musgo, arbustos e insectos zumbadores durante un período interglacial llamado Estadio Isotópico Marino 11 (MIS 11), hace entre 424.000 y 374.000 años».
«El derretimiento provocó un aumento del nivel del mar de al menos metro y medio en todo el mundo, y algunos de nuestros escenarios modelo sugieren niveles del mar hasta 6 metros más altos que los actuales», detalló.
«Fue un período inusualmente largo de calentamiento con niveles moderadamente elevados de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera. Lo alarmante de este hallazgo es que los niveles actuales de CO2 son 1.5 veces más altos».
Incluso si los humanos detuvieran abruptamente las actividades que contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero, asegura, «todavía tendríamos niveles de CO2 inflados durante cientos, tal vez incluso miles de años».
Esa es una realización incómoda, considerando las tasas actuales a las que se está descongelando la capa de hielo de Groenlandia.
«Y eso no tiene en cuenta la Antártida y otras áreas glaciares», señaló Rittenour. «La desglaciación tiene implicaciones para todo el mundo y es especialmente preocupante para nuestras megaciudades costeras, donde reside gran parte de la población mundial».
El análisis del equipo es una continuación de la investigación iniciada hace varios años, cuando los científicos encontraron muestras recolectadas de un extraordinario proyecto militar de la era de la Guerra Fría.
«En 1960, el Ejército de EE.UU. lanzó un esfuerzo de alto secreto llamado Proyecto Iceworm en el noroeste de Groenlandia para construir una red de sitios móviles de lanzamiento nuclear bajo la capa de hielo», contó la geocientífica. «Como parte de ese proyecto, también invitaron a científicos e ingenieros a realizar experimentos en un proyecto “encubierto” muy publicitado, conocido como Camp Century, para estudiar la viabilidad de trabajar y llevar a cabo misiones militares bajo el hielo y en condiciones de frío extremo».
Obstaculizados por brutales ventiscas y condiciones inestables del hielo, el cavernoso búnker subterráneo y los túneles del Proyecto Iceworm fueron abandonados en 1966. Pero las muestras de sedimentos recolectadas en el fondo de un núcleo de hielo de más de 1 kilómetro de largo extraído del sitio han arrojado información sorprendente sobre el pasado geológico no tan lejano de Groenlandia.
Las muestras de suelo congelado de la base del núcleo de hielo de Camp Century estuvieron olvidadas en un congelador durante décadas, hasta que fueron redescubiertas recientemente.
«Tenemos muy pocas muestras de debajo de la capa de hielo de Groenlandia, porque la mayoría de las misiones de perforación se detienen cuando llegan a la base del hielo», dijo Rittenour. «Estos sedimentos de Camp Century redescubiertos representan una cápsula del tiempo única e intacta de condiciones pasadas».
Mientras que el suelo congelado permaneció en un congelador durante más de 60 años, la tecnología de investigación avanzó. Rittenour, quien es directora del Laboratorio de Luminiscencia de la USU, fue invitada a ayudar a fechar el sedimento.
«Debido a que las muestras permanecieron congeladas y en gran parte intactas, pude usar la datación por luminiscencia para determinar la última vez que estuvieron expuestas a la luz solar», precisó. «Si los investigadores hubieran examinado los sedimentos en el pasado, no podríamos haber realizado ninguno de los análisis que hicimos para este artículo».
Esto es porque las tecnologías de investigación actuales permiten a los investigadores destilar un buen registro de lo que sucedió en Groenlandia y otras partes del mundo.
«Estas reliquias de una base militar nuclear ultrasecreta excavada en el hielo continúan contándonos sus secretos y advirtiéndonos sobre la sensibilidad del clima de la Tierra. Si podemos perder la parte más al noroeste de la capa de hielo de Groenlandia en condiciones naturales, entonces estamos pisando aguas peligrosas dadas las condiciones actuales de gases de efecto invernadero elevados», advirtió.
Rittenour, con colegas de la Universidad de Vermont y otras 14 instituciones, informaron sus hallazgos en la revista Science.
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