El cometa ATLAS se ha fragmentado y está perdiendo brillo en los últimos días. Es la señal de que nos quedaremos sin el gran espectáculo que se esperaba poder observar a finales del mes de mayo. Sin embargo, ahora se ha observado un posible sustituto que está llamando la atención de los astrónomos.

El pasado 11 de abril, el mismo día que ATLAS se rompió en tres pedazos, el astrónomo aficionado Michael Mattiazzo descubrió un nuevo cometa al mirar los datos del instrumento Solar Wind ANisotropies (acrónimo: SWAN) del Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO).

A pesar que esta herramienta de la NASA no está diseñada para hallar cometas, su tarea es sondear el sistema solar en busca de hidrógeno. Y dado que el cometa SWAN está lanzando cantidades significativas de hidrógeno en forma de hielo de agua, su presencia fue recogida.

Como dato curioso, Mattiazo vive —oh casualidad— en Swan Hill, Victoria, Australia.

Visitante prehistórico

El nuevo cometa parece estar viajando en una órbita muy excéntrica alrededor del Sol.

La simulación sobre estas líneas destaca que SWAN tiene un periodo cercano a los 25 millones de años. Esto significa que la última vez que visitó el sistema solar interno pudo ser durante el Oligoceno, cuando el Paraceratherium (un género de rinoceronte sin cuerno y uno de los mamíferos terrestres más grandes que haya existido) aún caminaba sobre la faz de la Tierra.

Futuro desarrollo

Actualmente, el cometa SWAN es solo visible desde el hemisferio sur, en la constelación menor de Sculptor, no muy lejos de la estrella de primera magnitud Fomalhaut. Según se registró el pasado 16 de abril, el brillo del cometa alcanzaba una magnitud de +7.8 —lo suficiente como para ser observado con binoculares— y mostraba una cabeza de un sexto el ancho aparente de la Luna.

El cometa SWAN, observado desde Australia. Crédito: Remanzacco Observatory.

La pregunta es, ¿evolucionará SWAN a un objeto más brillante aún? Los expertos son precavidos y responden con un tímido «quizás».

Pasará cerca de la Tierra el 12 de mayo de 2020, a una distancia de 83 millones de kilómetros, y estará en su punto más cercano al Sol (perihelio) el 27 de mayo, cuando se ubique a unos 64 millones de kilómetros de nuestra estrella.

Asumiendo que el cometa continuará brillando con su ritmo actual, podría llegar una magnitud de 3 durante la última semana de mayo —robándole el espectáculo al destruido ATLAS—. Esto abre la posibilidad a que sea observado a ojo desnudo, incluso en el hemisferio norte si se mira cerca de horizonte.

Pero el hecho que SWAN apareciera tan de repente, sugiere un posible estallido de luz que, con el transcurrir de los días y semanas, podría ir apagándose —y hasta romperse de la misma manera que ATLAS—.

En otras palabras, hay que estar atentos y cruzar los dedos si queremos ver algo genial en el firmamento nocturno el mes que viene.

Fuente: Space.com.

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