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Un nuevo análisis de docenas de puntas de flecha está ayudando a los investigadores a reconstruir un retrato más claro de los guerreros que se enfrentaron en el campo de batalla más antiguo conocido de Europa hace 3.250 años.
Las investigaciones previas en el valle de Tollense, ubicado en el estado alemán de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, han revelado pruebas de un gran y violento conflicto que tuvo lugar en el siglo XIII a.C. (alrededor del año 1250 a.C.).
Se han encontrado numerosos restos humanos que representan a más de 150 individuos. Basándose en esta cantidad, los arqueólogos estiman que al menos 2.000 guerreros participaron en lo que se considera la batalla más antigua conocida de Europa y, además, la mayor de su época.
La gran incógnita es: ¿quiénes se enfrentaron? Aún no se sabe con certeza, ni tampoco el motivo de la disputa que desencadenó tanta violencia.
Investigaciones anteriores sugirieron que solo locales formaron parte del combate. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista Antiquity indica que algunos de los combatientes eran guerreros extranjeros, posiblemente parte de un ejército invasor.
El análisis de las puntas de flecha de la Edad de Bronce halladas en el valle de Tollense revela que algunas de ellas no fueron producidas localmente. Esta nueva investigación sugiere que no se trató de una simple disputa familiar. La guerra en este valle, ocurrida hace 3.250 años, fue de carácter interregional, con habitantes locales enfrentándose a invasores provenientes del sur.
De acuerdo al análisis de las puntas de flecha, es posible que los combatientes locales se enfrentaran a un ejército organizado, tal como lo reportan los arqueólogos en el Journal of Antiquity. Este estudio amplía los resultados de análisis genéticos previos realizados en los dientes de algunos de los combatientes, los cuales también indican que algunos de ellos no eran locales, sino originarios del sur. Y por «sur», los arqueólogos se refieren a Moravia o Baviera, no a Grecia o Italia.
El nuevo artículo comparó las puntas de flecha de bronce y sílex encontradas en el valle con miles de ejemplares contemporáneos de toda Europa.
«Las puntas de flecha constituyen una prueba irrefutable», dijo Leif Inselmann, autor principal del estudio y exmiembro del Seminario de Arqueología Prehistórica y Protohistórica de la Universidad de Gotinga. «Tal como si fueran el arma homicida en una investigación criminal, nos brindan pistas sobre los combatientes de la batalla del valle de Tollense y su origen».
Es probable que numerosos lugareños participaran en la batalla, como lo evidencia la mayoría de las puntas de flecha halladas en el sitio, las cuales corresponden a tipos que se encuentran esporádicamente en la región de Mecklemburgo-Pomerania Occidental. No obstante, se identificaron otros tipos de puntas de flecha, como aquellas con barbas unilaterales, bases romboides o rectas, y espigas en lugar de enchufes. Estos tipos de puntas son más comunes en el sur de Europa, en regiones como la actual Baviera y Moravia. Además, estas puntas no se han encontrado en entierros locales del área de Tollense, lo que sugiere que no fueron adquiridas simplemente a través del comercio por los habitantes locales para ser usadas en la batalla.
Las pruebas apuntan a un nivel de complejidad militar y organización mucho mayor al que se creía posible para esta era de la Edad de Bronce en Europa. Esto sugiere que los conflictos no solo eran más frecuentes de lo que se pensaba, sino que también involucraban a combatientes de distintas regiones.
La batalla del valle de Tollense demuestra que existían conflictos interregionales en Europa hace más de 3.000 años; fue mucho más que una simple escaramuza local.
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