Expertos están analizando la obra en un trabajo previo a su restauración.

Resonando en la eternidad: restaurarán el famoso mosaico de Alejandro Magno, una obra de 2.100 años

Detalle del retrato de Alejandro Magno.

En el año 333 a.C., cerca del río Pinarus, en las actuales fronteras entre Turquía y Siria, tuvo lugar la feroz batalla de Issos. Enfrentándose a un ejército persa seis veces más numeroso, Alejandro Magno lideró a 75.000 griegos contra las fuerzas del rey Darío III, logrando una victoria decisiva que consolidaría su reputación como uno de los más grandes estrategas de la historia.

Aproximadamente 200 años después de este histórico enfrentamiento, se creó el «Mosaico de Alejandro», una obra que adornó el suelo de la Casa del Fauno en Pompeya, probablemente en homenaje a este hito o como parte de la tradición romana de adaptar el arte griego en las decoraciones de la élite.

Actualmente, esta pieza se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles (MANN), en Italia.

Un tesoro del arte helenístico y romano

El mosaico, de 5.82 x 3.13 metros, está compuesto por más de 1.9 millones de diminutas teselas, ninguna mayor a 4 mm, ensambladas mediante la técnica opus vermiculatum (‘trabajo en forma de gusano’, haciendo referencia al modo en que las teselas se colocan en líneas curvas y sinuosas para seguir los contornos y detalles de las figuras representadas).

Representa un momento dramático de la batalla, con Alejandro liderando una carga final, enfrentándose cara a cara con Darío III, quien intenta huir en su carro. Se cree que este mosaico es una copia romana de una pintura helenística, posiblemente realizada alrededor del año 300 a.C. por Filoxeno de Eretria.

El Mosaico de Alejandro antes de la intervención de restauración en el MANN (septiembre de 2020), con indicación de las áreas examinadas. Crédito: G. Balassone et al, PLOS One, 2025.

Tecnología al servicio de la restauración

Investigadores de la Universidad de Nápoles Federico II, en colaboración con el MANN, han utilizado técnicas no invasivas para analizar el mosaico y comprender mejor sus materiales, estado de conservación y posibles estrategias de restauración.

En un estudio publicado en PLOS ONE, titulado De lo diminuto a lo inmenso: Análisis geológico del mosaico de Alejandro Magno usando métodos no invasivos, el equipo empleó herramientas avanzadas como:

  • Imágenes multiespectrales: para descubrir detalles cromáticos, signos de degradación y tratamientos anteriores.
  • Fluorescencia de rayos X: que permitió mapear la composición química de las teselas con precisión.
  • Espectroscopia de Raman e infrarroja: para identificar los minerales y materiales utilizados.
  • Termografía infrarroja: que detectó anomalías térmicas y posibles problemas estructurales en seis áreas clave.
  • Microscopía óptica y endoscopia: para examinar la unión de las teselas y los materiales añadidos en restauraciones pasadas.

Imágenes que muestran la campaña arqueométrica no destructiva y no invasiva. Crédito: G. Balassone et al, PLOS One, 2025.

Hallazgos clave

Los análisis revelaron restos de yeso, cera y trazas de oxalato de calcio, probablemente introducidos durante restauraciones del siglo XIX o en el traslado del mosaico al MANN en 1843. Las teselas fueron clasificadas en cuatro grupos según su composición:

  1. Carbonatos: mármoles blancos, rosados, rojos y verdes, extraídos de fuentes mediterráneas como Marmor Lunensis y Marmor Numidicum.
  2. Silicatos: rocas volcánicas y metamórficas utilizadas para tonalidades negras y grises.
  3. Materiales vítreos: que aportan colores como el amarillo, marrón y rojo.
  4. Rocas con alto contenido de hierro y manganeso: posiblemente obtenidas de canteras romanas como Nero Antico.

La termografía también detectó deformaciones y áreas con mortero inestable, lo que ayudará a guiar futuras intervenciones de restauración.

Una mirada al futuro

Con este estudio, los investigadores han aportado datos esenciales para garantizar la preservación del mosaico y han resaltado su valor artístico e histórico. Próximos análisis complementarán estos hallazgos, buscando reforzar su estructura y protegerlo contra el paso del tiempo.

El mosaico de Alejandro Magno sigue siendo un símbolo eterno de maestría artística y legado histórico, y gracias a los avances tecnológicos, su grandeza está destinada a perdurar por generaciones.

Fuente: PLOS One. Edición: MP.

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