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La semana pasada, la Tierra fue testigo de un evento poco común: dos asteroides de gran tamaño pasaron a una distancia relativamente cercana. ¡Y uno de ellos tenía una sorpresa!
Recientemente, científicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en el sur de California rastrearon dos asteroides que sobrevolaron nuestro planeta. Uno de ellos resultó tener una pequeña luna orbitándolo, mientras que el otro fue descubierto solo 13 días antes de su aproximación más cercana a la Tierra.
«No había riesgo de que ninguno de estos objetos cercanos a la Tierra impactara nuestro planeta, pero las observaciones de radar realizadas durante estos dos acercamientos proporcionarán una valiosa práctica para la defensa planetaria, así como información sobre sus tamaños, órbitas, rotación, detalles de la superficie y pistas sobre su composición y formación», informó la agencia espacial estadounidense en un comunicado.
El 27 de junio, el asteroide 2011 UL21 pasó cerca de la Tierra a una distancia de 6.6 millones de kilómetros, aproximadamente 17 veces la distancia entre la Luna y la Tierra.
Este asteroide, descubierto en 2011 por el Catalina Sky Survey, se acercó por primera vez lo suficiente a nuestro planeta para ser captado por radar. Y si bien con sus casi 1.5 kilómetros de ancho está clasificado como potencialmente peligroso —de hecho, se lo ha apodado «asesino de planetas»—, los cálculos de sus futuras órbitas muestran que no representará una amenaza en un futuro previsible.
Utilizando la antena DSS-14 del radar planetario Goldstone, cerca de Barstow, California, los científicos del JPL transmitieron ondas de radio al asteroide y recibieron las señales reflejadas con la misma antena. Además de determinar que el 2011 UL21 es casi esférico, revelaron que es un sistema binario: un asteroide más pequeño, o satélite, lo orbita a una distancia de unos 3 kilómetros.
«Se cree que aproximadamente dos tercios de los asteroides de este tamaño son sistemas binarios, y su descubrimiento es particularmente importante porque podemos usar las mediciones de sus posiciones relativas para estimar sus órbitas mutuas, masas y densidades, lo que proporciona información clave sobre cómo pueden haberse formado», dijo Lance Benner, científico principal del JPL que ayudó a liderar las observaciones.
Dos días después, el 29 de junio, el mismo equipo observó el paso del asteroide 2024 MK a una distancia de solo 295.000 kilómetros de nuestro planeta, un poco más de tres cuartos de la distancia entre la Luna y la Tierra.
Este asteroide, de unos 150 metros de ancho, parece ser alargado y angular, con regiones planas y redondeadas prominentes. Para estas observaciones, los científicos también utilizaron la antena DSS-14 para transmitir ondas de radio al objeto, pero emplearon la antena DSS-13 de 34 metros en Goldstone para recibir la señal que rebotó en el asteroide y regresó a la Tierra.
El resultado de esta observación de radar «bistática» es una imagen detallada de la superficie de la roca espacial, revelando concavidades, crestas y piedras de unos 10 metros de ancho.
Los acercamientos de objetos próximos a la Tierra del tamaño de 2024 MK son relativamente raros, ocurriendo en promedio cada un par de décadas, por lo que el equipo del JPL buscó recopilar la mayor cantidad de datos posible sobre el objeto.
«Esta fue una oportunidad extraordinaria para investigar las propiedades físicas y obtener imágenes detalladas de un asteroide cercano a la Tierra», afirmó Benner.
El asteroide 2024 MK fue reportado por primera vez el 16 de junio por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS) financiado por la NASA en la Estación de Observación de Sutherland en Sudáfrica. Su órbita fue alterada por la gravedad de la Tierra a medida que pasaba, reduciendo su período orbital de 3.3 años alrededor del Sol en unos 24 días. Aunque está clasificado como un asteroide potencialmente peligroso, los cálculos de su movimiento futuro muestran que tampoco representa una amenaza.
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1 comentario
15:06
Curioso, siempre hablan de asteroides que puedan chocar con la Tierra, PERO ¿Y si chocan con la Luna, que le pasa a la Tierra?
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