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Bajo el título de Inminente, el libro del exfuncionario del Pentágono será lanzado el próximo 20 de agosto. No obstante, ya se han filtrado en Internet varias páginas, desatando todo tipo de críticas y reacciones. A continuación, te mostramos algunos puntos y declaraciones interesantes.
«Estas naves no son hechas por humanos. La humanidad no es, de hecho, la única vida inteligente en el universo, ni tampoco la especie alfa. Sí, sé que va a tomar un poco de tiempo procesar esto, pero abróchense sus cinturones, porque hay mucho más...». Luis Elizondo, Imminent, 2024.
Luis (Lue) Elizondo saltó a la palestra pública en 2017, cuando se dio a conocer el programa secreto del Departamento de Defensa de EE.UU. del que formó parte, AATIP, cuyo objetivo era estudiar los avistamientos de ovnis, o como ahora prefieren llamarlos los militares, fenómenos anómalos no identificados (UAPs).
Al respecto, en el libro puede leerse que uno de los célebres objetos filmados por pilotos de la Marina, conocido como GIMBAL, definitivamente era algún tipo de nave con «tecnología de antigravedad», detectándose su centro muy caliente y su alrededor muy frío, como si estuviera «dentro de una burbuja».
El exfuncionario, desde luego, descarta que lo observado fuera algo mundano, remarca lo dicho por los propios pilotos que tuvieron el encuentro, y refuta que la gran velocidad del objeto fuera producto de algún efecto óptico, como sugirieron los escépticos.
Elizondo confirma que, tal como sostuvieron varios investigadores en el pasado —e.g. Stanton Friedman—, dos naves alienígenas se estrellaron en el incidente de Roswell en 1947.
«Un dispositivo EMP (pulso electromagnético) primitivo debió haber alterado de alguna manera su burbuja de propulsión, dejándolos vulnerables. Habría sido como si un 757 perdiera toda la potencia en sus motores a reacción. Entonces, de un solo golpe, el UAP encontró dolorosamente la realidad del desierto de Nuevo México», escribe el autor.
En el mismo contexto, hace mención del caso Socorro, también sucedido en Nuevo México, pero en 1964.
«El policía Lonnie Zamora había presenciado inadvertidamente dos formas de propulsión UAP ese día. Cuando la nave con forma de huevo despegó del suelo del desierto, lo hizo con un gran rugido y una explosión de llama azul. Era tan ruidoso que Zamora corrió furiosamente por el barranco para escapar, temeroso de que la nave pudiera explotar. Luego, tan pronto como la nave alcanzó cierta altura sobre el suelo, voló en silencio. Puede que haya tenido que usar una tecnología de fuerza bruta para dejar el suelo, y una vez que su burbuja antigravitatoria se estabilizó, navegó sin esfuerzo», explica Elizondo, apuntando a una especie de propulsión híbrida.
Gráficos en el libro de Luis Elizondo mostrando una burbuja antigravedad como parte del método de propulsión de los UAPs. El acercarse mucho a uno de estos objetos mientras está activa, afectaría la salud humana.
Las últimas revelaciones sobre el fenómeno se han centrado principalmente en naves estrelladas y recuperadas, y la subsecuente ingeniería inversa aplicada a ellas —tanto que fueron motivo de audiencias públicas en el Congreso estadounidense—.
Uno de los temas relegados hasta ahora es el de las abducciones, algo que sí aborda el nuevo libro de Elizondo, donde se establece una extraña relación entre la genética y la predisposición a sufrir uno de estos episodios de secuestro extraterrestre.
«Si pudiéramos obtener los permisos de los pacientes adecuados y proponer el tipo de estudio correcto, tal vez podríamos identificar un gen que predisponga a una persona a una mayor intuición, habilidad psíquica y, sí, tal vez incluso atracción UAP», sugiere el exfuncionario.
Asimismo, señala que algunos estudios llevados a cabo por el Dr. Garry Nolan, inmunólogo de la Universidad de Stanford, apuntan a que oficiales militares y de inteligencia con habilidades de visión remota y/o que habían experimentado encuentros cercanos de algún tipo, tenían en su mayoría ADN nativo americano —específicamente, sangre Cherokee—.
Elizondo relaciona esto último con el “don” chamánico —conexión con la naturaleza y el mundo espiritual— de los ancestros de estas personas.
«Los argumentos a favor de la causalidad genética no son descabellados. Una psicóloga escocesa ha rastreado un don de premonición a través de árboles genealógicos en su país de origen. En Escocia era común que un niño heredara el don de su padre para la “segunda vista”», añade.
Por último, también habla sobre los implantes en abducidos como evidencia física de estos incidentes.
«Mis intereses específicos involucraban supuestos implantes alienígenas encontrados en humanos. Según lo que leí, a menudo crecía tejido vivo alrededor de los implantes, pero dichos crecimientos nunca contenían nada más que el ADN del paciente. A veces, estos crecimientos brotaban múltiples cabellos o filamentos de colores brillantes, similares a las fibras de Morgellons. Cuando los investigadores eliminaban el tejido humano, encontraban objetos que se asemejaban a un dispositivo técnico en tamaño y forma, pero sin ningún tipo de circuitería.
»Una vez manejé uno de estos implantes yo mismo, proporcionado por un hospital del Departamento de Asuntos de Veteranos, de donde había sido extraído de un militar estadounidense que había encontrado un UAP. El material, no más largo ni ancho que una falange de uno de tus dedos, parecía más un microchip encapsulado por una cubierta delgada y semitranslúcida de tejido. Se veía muy similar al nácar. Bajo un microscopio, de alguna manera todavía se movía. El médico hipotetizó que tenía su propio metabolismo».
En cuanto al objetivo y motivación de los tripulantes de los UAPs, Elizondo subraya que existen pruebas que «sugieren fuertemente que están interesados en nuestras capacidades militares y nuestra tecnología nuclear».
En este sentido, pone a consideración tres posibles escenarios de acuerdo al carácter de los llamados visitantes:
«Si son buenos, no están haciendo un muy buen trabajo en llevar a cabo un programa de benevolencia. No descendieron como ángeles en la década de 1940 para detener el despliegue de dos bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, Japón. Tampoco han detenido el hambre, las guerras y las masacres. No detuvieron la proliferación nuclear ni el desarrollo de la bomba nuclear. Así que esta teoría sobre su carácter parece falsa. Por otro lado, también es posible que su definición de benevolencia signifique dejarnos a nuestra suerte», argumenta.
En 1942, en plena paranoia de la Segunda Guerra Mundial, un ovni apareció sobre Los Ángeles desatando una fuerte reacción de la artillería antiaérea estadounidense que no hizo efecto alguno en el objetivo. El incidente es considerado uno de los primeros ejemplos de la invulnerabilidad de los ovnis ante las armas terrestres convencionales.
«Si son neutrales hacia nosotros, entonces debemos empezar a pensar en términos diplomáticos y políticos. ¿Qué quieren ellos y qué queremos nosotros? ¿Podemos aprender unos de otros? ¿Existe la posibilidad de comercio entre nosotros? ¿Favorecerán a uno de los gobiernos de nuestro planeta sobre los demás?
»El peor escenario para nosotros es que sean malos. Si son malos, podrían estar llevando a cabo lo que los militares llaman una operación IPB (preparación inicial del campo de batalla). ¿Y sabes qué? Para un tipo anclado en la realidad de la guerra, todo lo que hemos visto hasta ahora se parece mucho a una IPB», escribe, poniendo como ejemplo el hecho que se han probado contra nuestras armas y aviones e interferido con misiles directamente (ICBM).
»Es una posibilidad que no podemos ignorar. ¿Personalmente creo esto? No importa lo que yo piense. Lo que importa es lo que podría estar ocurriendo.
»Cuando los humanos se enfrentan a otra especie, siempre ponemos los intereses de nuestra especie primero. Practicamos la indiferencia. Debemos anticipar la posibilidad de que los ocupantes de los UAP puedan hacer lo mismo a medida que nos convertimos en una molestia», concluye.
Por lo que ha trascendido, el libro ha recibido críticas mixtas, con escépticos recalcitrantes tratando de invalidar y desmerecer a Elizondo por un lado, y aficionados al tema apoyando el esfuerzo de divulgación por el otro. Un tercer grupo, más imparcial, simplemente señala que es un mucho gregre para decir Gregorio, es decir, que no se revela nada nuevo o relevante que lleve a más evidencias sobre los UAPs.
It is my honor and my duty to share this information with you now: my new book, IMMINENT: Inside the Pentagon’s Hunt for UFOs will be published by William Morrow in August 2024.
IMMINENT is my call to action. The stakes could not be higher.
This is an accurate portrayal of… pic.twitter.com/NXeMGlhCsW
— Lue Elizondo (@LueElizondo) May 21, 2024
Tal como detallamos al principio, el libro estará disponible para su compra el próximo 20 de agosto. Se podrá adquirir por diversos medios AQUÍ.
Por MysteryPlanet.com.ar.
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