Un equipo internacional de científicos químicos ha encontrado evidencia de que el personaje histórico que inspiró el Drácula literario pudo haber sufrido una variedad de dolencias, incluida una que lo hacía llorar lágrimas mezcladas con sangre.

Retrato de Vlad III en la Cámara de Arte y Curiosidades del Palacio de Ambras (pintura al óleo, c. 1560). Copia de un original hecho en vida del príncipe.

Conocido como Vlad Drăculea o Vlad Tepes (Vlad el Empalador) por su macabra afición de empalar a sus enemigos —en especial, otomanos—, fue el príncipe de Valaquia durante el siglo XV. Su fama como férreo defensor de su tierra por los medios más sanguinarios posibles, llevó a que Bram Stoker mezclara su nombre con el folclore rumano sobre vampirismo para crear el personaje bebedor de sangre de Drácula en 1897.

Sin embargo, la sangre que machó su historia no parece provenir solo de sus rivales.

Tres cartas y un trastorno genético

En el nuevo estudio, los investigadores se preguntaron qué tipo de dolencias, si las hubo, podrían haber afectado al despiadado líder. Para averiguarlo, obtuvieron y analizaron tres documentos escritos por él.

Al escribir a mano, es común que la persona toque el papel. Inicialmente, tal contacto implicaría el uso de los dedos para colocar papel en una superficie, como un escritorio. A partir de entonces, las partes inferiores de la palma descansarían contra el papel mientras se realizaba la escritura. Ambas actividades dan como resultado la transferencia de varias sustancias químicas y moléculas de la piel al papel. En su trabajo, el equipo de investigación los buscó en los papeles y, una vez encontrados, rastreó sus orígenes típicos.

Para capturar material del papel sin causar daños, el equipo utilizó una técnica que consiste en aplicar y eliminar etilvinilacetato —un polímero termoplástico conformado por unidades repetitivas de etileno y acetato de vinilo (EVA)—. Luego, una vez retirado, el material se analizó mediante espectrometría de masas. El equipo encontró residuos que contenían más de 500 péptidos, que redujeron a 100 de origen humano.

a) Primera carta analizada, fechada el 4 de agosto de 1475, donde también se muestran las posiciones de las tiras de EVA (rectángulos marrones) aplicadas a su superficie para capturar material biológico. (b) Mapeo de la fluorescencia de fenilalanina, tirosina y triptófano bajo iluminación flash UV. Crédito: M.G.G. Pittalà et al.

De esos, encontraron evidencia de ciliopatía, un trastorno genético que compromete la función celular y los órganos. También encontraron evidencia de enfermedad inflamatoria, lo que probablemente resulte en problemas con el tracto respiratorio y la piel. Y encontraron compuestos que sugerían que el príncipe valaco también sufría de hemolacria, una condición que hace que la sangre se mezcle con el líquido en los conductos lagrimales, lo que resulta en lágrimas teñidas de sangre.

Los detalles sobre los hallazgos han sido publicados en la revista especializada Analytical Chemistry.

Fuente: ACS. Edición: MP.

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