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El proyecto, llamado acertadamente «Observatorio de Mundos Habitables» (HWO, por sus siglas en inglés), está a varios años de distancia, pero la NASA ya ha comenzado a desarrollar la tecnología subyacente necesaria.
Según se lee en un comunicado de la agencia espacial, se han adjudicado contratos a tres empresas para investigar la óptica de próxima generación, los diseños de la misión y las características del telescopio, con un costo aproximado de $17.5 millones. Se espera que el trabajo comience tan pronto como a finales del verano de 2024.
El HWO es una misión que tiene como objetivo lanzar un gran telescopio espacial cuya finalidad principal será la de capturar imágenes directas de planetas similares a la Tierra que orbiten estrellas parecidas a nuestro Sol. Además, podrá estudiar sus atmósferas en busca de firmas químicas que indiquen la presencia de vida. La misión se encuentra en las primeras etapas de planificación, con grupos de trabajo que evalúan los objetivos científicos y las maneras de alcanzarlos.
Se cree que, basándose en la investigación existente sobre exoplanetas, una de cada cinco estrellas podría tener un planeta similar a la Tierra en su órbita. Por supuesto, toda la premisa de buscar vida en el universo depende de que esa vida sea, en cierto modo, similar a la nuestra. Es posible que haya vida basada en una química completamente diferente, pero si queremos encontrar vida, lo más lógico es buscar algo parecido a lo que conocemos, en lugar de apostar por algo completamente diferente. Con este fin, el HWO buscará sustancias químicas como oxígeno y metano, entre otras firmas que sugieran la presencia de vida.
En enero de este año, la NASA solicitó propuestas para desarrollar y avanzar en las tecnologías necesarias para el HWO. Esto puede sonar sencillo, pero al considerar lo que se necesitará —como un coronógrafo miles de veces más avanzado que los actuales para bloquear la luz de la estrella anfitriona y un sistema óptico que pueda mantenerse estacionario con una precisión equivalente al ancho de un átomo durante una observación—, se puede entender la magnitud de los desafíos que se avecinan.
Siguiendo la primera fase, la NASA ha seleccionado tres propuestas para contratos a precio fijo de dos años que suman un impresionante total de $17.5 millones. Puede parecer mucho dinero, pero el Hubble costó $ 16 mil millones en desarrollar y lanzar. Se prevé que el trabajo comience a finales del verano de 2024. Juntos, los contratos proporcionarán una estructura tecnológica que respaldará la próxima fase del desarrollo del HWO e incluirán:
Por supuesto, la NASA estará a cargo de todo el proceso y el resultado les permitirá planificar la fase de desarrollo y construcción de la misión. El trabajo no se realiza de manera aislada, ya que se están aprovechando las lecciones aprendidas del telescopio espacial James Webb (que ya podría haber encontrado alguna señal de vida) y del futuro telescopio Nancy Grace Roman.
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