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El Gran Ejército Vikingo provocó el caos entre los reinos anglosajones de Inglaterra entre 865-878 d.C. Pero, ¿cuánto sabemos realmente sobre su estructura, motivación e impacto? En este artículo, el profesor Julian Richards de la Universidad de York investiga por qué esta fuerza vikinga no se parecía a ninguna conocida anteriormente.
Conocemos el Gran Ejército de los vikingos por breves referencias en la Crónica anglosajona. Dice que un mycel haeþen ('gran ejército' en inglés antiguo) arribó a Anglia Oriental en el año 865 d.C. Luego relata una serie de registros anuales que detallan dónde se movió el Gran Ejército y qué batallas luchó, y específicamente dónde pasó sus inviernos.
A partir de esto, sabemos que continuó batallando con diferentes reinos anglosajones en todo el país hasta el año 878 d.C., cuando fue famoso por ser derrotado por Alfredo el Grande en la batalla de Edington, en el suroeste de Inglaterra.
Según explicó el profesor Julian Richards de la Universidad de York, autor del libro The Viking Great Army and the Making of England (Thames & Hudson 2021), lo que tenía de especial este ejército era que no seguía la misma estrategia de incursión fugaz —de asalto y fuga— que generó la temible fama de estos guerreros nórdicos.
Los ataques anteriores se habían dado usualmente en monasterios costeros bastante aislados e indefensos, particularmente en la costa este de las Islas Británicas, tomando esclavos y tesoros y luego desapareciendo.
Pero el Gran Ejército pasó el invierno en Inglaterra y claramente tenía planes estratégicos para quedarse más tiempo. En última instancia, transmutó sus actividades de asalto hacia la toma de tierras, lo que condujo a un asentamiento permanente. Fue un punto de marcado cambio en la estrategia vikinga, y los ejércitos posteriores generalmente vinieron para la conquista política en lugar de simplemente llegar como fuerzas de incursión temporales.
«Creo que lo que provocó este cambio fue que vieron oportunidades. Partes del ejército habían realizado incursiones en Irlanda y en Europa continental durante los años 850 y 860 d.C., y probablemente se enteraron de que había muchas luchas internas entre los cuatro principales reinos anglosajones de Inglaterra (Mercia, Anglia Oriental, Northumbria y Wessex)», explicó Richards.
«Durante sus incursiones costeras —que eran casi misiones de reconocimiento—, los vikingos también habían visto la riqueza disponible en Inglaterra, particularmente en sus iglesias y monasterios. Cuando las cosas se pusieron difíciles para ellos en el continente en la década de 860 d.C. —con el imperio carolingio mejor organizado para derrotar a sus ejércitos—, probablemente vieron la posibilidad de sacar más ganancias en Inglaterra», agregó.
El Gran Ejército era una asociación laxa de diferentes grupos de guerreros que estaban relacionados con compañías navales individuales. Y si bien se originaron en partes de Escandinavia, habían estado haciendo incursiones en Irlanda y también en el continente, por lo que es fácil deducir que reunieron más tropas a medida que avanzaban.
«Es importante tener en cuenta que, aunque lo llamamos un ejército vikingo, es probable que hubiera otros mercenarios entre la fuerza. Cada grupo debía su lealtad a los líderes individuales que los recompensaban por su servicio en la batalla. Probablemente hubo mucha competencia entre los diferentes líderes de estas diferentes bandas de guerra», señaló el profesor de York.
«En una etapa, hubo un ejército de verano que se unió al Gran Ejército para hacerlo aún más grande, lo que les proporcionó los números para permanecer durante el período invernal. Pero también se nos cuenta de un incidente —después de que el ejército pasó el invierno en Repton en 873-74 d.C.— cuando se dividió, y un grupo se dirigió al norte y otro grupo a Anglia Oriental, y luego de regreso a Wessex. El ejército no siempre fue una fuerza unida».
Entre los nombres mencionados en las fuentes anglosajonas, hay varios que seguramente sonarán conocidos para aquellos fans de series como Vikings o The Last Kingdom. Por ejemplo, se menciona a Ubba, aunque desafortunadamente no se cuenta mucho sobre él. Pero sí sabemos mucho más sobre personajes como Guthrum, uno de los líderes originales del Gran Ejército, que aparece constantemente a través de los registros.
Según se cuenta, cuando el ejército se divide en 873-74 d. C., Guthrum va a Anglia y es famoso por ser derrotado por Alfredo el Grande en la batalla de Edington. Cuando Alfred exige que Guthrum se convierta al cristianismo, Guthrum termina siendo bautizado con treinta de sus compañeros guerreros y luego se convierte en rey.
También está Halfdan, que es otro líder del Gran Ejército y también estuvo presente en la invernada de 873-74 d.C. Este escandinavo se mudó a Northumbria cuando el ejército se dividió, apoderándose de tierras para ararlas y asentarse allí.
Ivar el Deshuesado también aparece en esta historia. Se cree que fue otro de los líderes iniciales que desembarcó en el 865 d.C. y posiblemente pasó el invierno en el 873-74 d.C. Tiende a estar asociado con la formación de una fortaleza en el reino anglosajón de Mercia, aunque es posible que se haya ido a Irlanda en algún momento —hay algunas confusiones al mirar las fuentes, ya que estos nombres siguen apareciendo en diferentes partes de las Islas Británicas en formas ligeramente diferentes—.
El control del Gran Ejército sobre el paisaje tuvo sus vaivenes. Por ejemplo, en las primeras etapas se apoderó de York —que inicialmente fue la capital de Northumbria— pero después fue expulsado, teniendo que regresar posteriormente para apoderarse de la ciudad nuevamente.
Sin embargo, el panorama general que obtenemos de la Crónica anglosajona es que los vikingos ganaron la mayoría de sus batallas. Y eso se debe en parte a que Inglaterra estaba dividida en varios reinos, y ellos, a su vez, estaban en conflicto entre sí.
Según el biógrafo del rey Alfred, no es hasta el 878 d.C. cuando logra poner a muchos de los señores anglosajones de su lado y formar un ejército lo suficientemente poderoso como para enfrentarse a esta fuerza vikinga. Esa unión bajo el viejo lema de «los enemigos de mis enemigos son mis amigos» es realmente la primera gran derrota que sufren los vikingos en Inglaterra.
Hasta hace poco no sabíamos mucho sobre el Gran Ejército arqueológicamente hablando, pero eso ha cambiado...
Una excavación en Repton encontró por serendipia —ya que inicialmente buscaba una iglesia de Mercia y el Santuario de St Wystan— algunos entierros vikingos y evidencia que los excavadores pensaron que era parte de un campamento vikingo.
También hay un sitio en particular en un lugar llamado Torksey, en Lincolnshire, que era parte de Mercia y, como Repton, está en un río. Está situado en el río Trent, que es navegable. Torksey se menciona en la Crónica anglosajona como un lugar donde el Gran Ejército vikingo pasó el invierno el año anterior a su llegada a Repton en 872-73 d.C.
Hoy Torksey es solo un pequeño pueblo. No hay nada que indique que hubo un campamento vikingo allí a fines del siglo IX. Pero a lo largo de los años, los detectoristas comenzaron a hacer hallazgos increíbles al norte de la aldea. En su mayoría eran artículos de plata, incluidas monedas, lingotes y fragmentos de joyas de plata que habían sido cortadas.
Estos hallazgos son familiares para los arqueólogos que estudian el pasado vikingo. Ellos lo llaman «plata pirata», porque sale de la práctica de cortar objetos como parte de la economía de bullonismo (la acumulación de metales preciosos como única riqueza posible). Parece que los vikingos pasaron su tiempo hibernando, procesando el botín de sus incursiones.
«Trabajamos con los detectoristas para trazar de dónde venían los hallazgos y eran de un área que era mucho más grande que el campamento que había sido identificado en Repton. ¡Cubre un área de unas 55 hectáreas, que en términos modernos sería aproximadamente el mismo tamaño que 75 campos de fútbol!», detalló Richards.
«Esto realmente cambió nuestra impresión de la escala del ejército, ya que aquel con base en Repton solo podía contarse en unos pocos cientos. Mientras que lo que encontramos en Torksey y otros campamentos recién descubiertos sugiere una escala mucho mayor», apuntó el profesor.
Este hecho parece poner en evidencia cierta firma que ahora puede verse en otros sitios de Inglaterra y que ha ayudado a rastrear al Gran Ejército Vikingo mientras se movía por el país.
«Todo esto realmente proviene de evidencia obtenida con detectores de metales en los últimos diez años. Nos revela sitios que nunca conocíamos antes, que no se mencionan en las fuentes históricas. Es un caso en el que la arqueología y la detección de metales realmente se suman a lo que sabemos sobre la historia», subrayó Richards.
Aunque los vikingos pasaban su tiempo saqueando, esto no significaba que no se divirtieran.
Uno de los hallazgos más interesantes no es necesariamente la plata y los lingotes, sino pequeñas piezas de plomo. Parece que, cuando estaban hibernando, estos guerreros vikingos jugaban a algún tipo de juego. En fuentes escandinavas posteriores se lo conoce como hnefatafl —que probablemente se parecía un poco al ajedrez, en el sentido de que un lado tiene una pieza de rey que el otro lado está tratando de capturar—.
Más de 300 de estas pequeñas piezas de juego de plomo han sido halladas en Torksey.
Fuente: History Extra. Edición: MP.
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