Cada pulso representa una apocalíptica catástrofe capaz de cambiar el mundo.

Crédito: NASA/Joshua Stevens.

En los últimos 260 millones de años, los dinosaurios reinaron y fueron destronados, Pangea se dividió en los continentes e islas que vemos hoy, y los humanos han cambiado rápida e irreversiblemente el mundo en el que vivimos.

Pero a pesar de todo eso, parece que la Tierra ha estado manteniendo un misterioso ritmo. Un nuevo estudio de eventos geológicos antiguos sugiere que nuestro planeta tiene un «latido» lento y constante de actividad geológica cada 27 millones de años aproximadamente.

Este pulso de eventos geológicos agrupados, que incluyen actividad volcánica, extinciones masivas, reorganizaciones de placas y aumentos del nivel del mar, es increíblemente lento, un ciclo de 27,5 millones de años de reflujos y flujos catastróficos. Pero afortunadamente para nosotros, el equipo de investigación señala que tenemos otros 20 millones de años antes del próximo «pulso».

«Muchos geólogos creen que los eventos geológicos son aleatorios a lo largo del tiempo», dijo Michael Rampino, geólogo de la Universidad de Nueva York y autor principal. «Pero nuestro estudio proporciona evidencia estadística para un ciclo común, lo que sugiere que estos eventos geológicos están correlacionados y no son aleatorios».

El equipo realizó un nuevo análisis sobre las edades de 89 eventos geológicos bien entendidos de los últimos 260 millones de años.

Como puede verse en el gráfico a continuación, algunos de esos momentos fueron difíciles, con más de ocho de estos eventos que cambiaron el mundo agrupados en períodos de tiempo geológicamente pequeños, formando el catastrófico «pulso».

(Rampino et al., Geoscience Frontiers, 2021).

«Estos eventos incluyen épocas de extinciones marinas y no marinas, grandes sucesos anóxicos oceánicos, erupciones de basalto, inundaciones continentales, fluctuaciones del nivel del mar, pulsos globales de magmatismo intraplaca y épocas de cambios en las tasas de expansión del lecho marino y reorganizaciones de las placas», escribe el equipo en el artículo científico.

«Nuestros resultados sugieren que los eventos geológicos globales están generalmente correlacionados y parecen venir en pulsos con un ciclo subyacente de ~ 27,5 millones de años».

Extinciones masivas

Los geólogos han estado investigando un ciclo potencial en eventos geológicos durante mucho tiempo. En las décadas de 1920 y 1930, los científicos de la época habían sugerido que el registro geológico tenía un ciclo de 30 millones de años, mientras que en las décadas de 1980 y 1990 los investigadores utilizaron los eventos geológicos mejor fechados en ese momento para darles un rango de la longitud entre «pulsos» de 26,2 a 30,6 millones de años.

Ahora, todo parece estar en orden: 27,5 millones de años está justo donde esperaríamos. Un estudio de finales del año pasado realizado por los mismos autores sugirió que esta marca de tiempo es cuando también ocurren las extinciones masivas.

«Este artículo es bastante bueno, pero en realidad creo que un artículo mejor sobre este fenómeno fue uno de 2018, de Muller y Dutkiewicz», comentó el geólogo tectónico Alan Collins de la Universidad de Adelaide, quien no participó en la última investigación.

Ese artículo de 2018, de dos investigadores de la Universidad de Sídney, analizó el ciclo del carbono de la Tierra y la tectónica de placas, y también llegó a la conclusión de que el ciclo tiene aproximadamente 26 millones de años.

Collins explicó que en este último estudio, muchos de los eventos que analizó el equipo son causales, lo que significa que uno causa directamente al otro, por lo que algunos de los 89 eventos están relacionados: por ejemplo, eventos anóxicos que causan la extinción marina.

«Habiendo dicho esto, esta ciclicidad de 26 a 30 millones de años parece ser real y durante un período de tiempo más largo, ¡tampoco está claro cuál es la causa subyacente!», agregó.

Actores del espacio exterior

Otra investigación de Rampino y su equipo ha sugerido que los impactos de cometas podrían ser la causa, y un investigador espacial incluso sugirió que el Planeta X (ahora llamado Planeta Nueve por cuestiones «estigmáticas») es el culpable.

Pero si la Tierra realmente tiene un «latido» geológico, podría deberse a algo un poco más cercano a casa.

«Estos pulsos cíclicos de la tectónica y el cambio climático pueden ser el resultado de procesos geofísicos relacionados con la dinámica de la tectónica de placas y las plumas del manto, o alternativamente podrían estar marcados por ciclos astronómicos asociados con los movimientos de la Tierra en el Sistema Solar y la Galaxia». concluyó el equipo en el nuevo estudio.

La investigación ha sido publicada en Geoscience Frontiers.

Fuente: Science Alert. Edición: MP.