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El pasado 31 de mayo, la Agencia Espacial Europea (ESA) celebró sus 50 años de existencia con un evento tan simbólico como emocionante: la transmisión al espacio del famoso vals El Danubio Azul de Johann Strauss II, conocido como el «himno del espacio». La iniciativa también coincidió con el 200º aniversario del nacimiento del célebre compositor austriaco, apodado el Rey del Vals.
La histórica interpretación fue realizada en vivo por la Orquesta Sinfónica de Viena (Wiener Symphoniker) desde el Museo de Artes Aplicadas (MAK) de Viena, en el marco del concierto titulado WALTZ INTO SPACE. La experiencia musical no solo fue compartida con el público presente, sino también transmitida en simultáneo a distintos puntos del planeta, como la Strandbar Herrmann en Viena, el Planetario de Madrid y el Bryant Park en la ciudad de Nueva York.
Sin embargo, el verdadero protagonista del evento fue el espacio exterior. La señal digitalizada del concierto fue enviada más allá de los confines de nuestro planeta mediante la antena de espacio profundo Cebreros, ubicada en España y perteneciente a Estrack, la red global de estaciones terrestres de la ESA. Esta red es la encargada de mantener el contacto con misiones como JUICE, BepiColombo y Hera, entre otras.
Además, miles de entusiastas de la música participaron de una experiencia interactiva llamada SpaceNotes, adoptando simbólicamente cada una de las 13.743 notas del vals. Los nombres de los participantes fueron transmitidos junto a sus notas respectivas. En solo 51 días desde su anuncio, la iniciativa logró que cada nota fuera reclamada, con participantes de 92 países diferentes.
La transmisión fue meticulosamente alineada con la trayectoria de la sonda Voyager 1 de la NASA, el objeto hecho por el ser humano más lejano de la Tierra, ubicado a más de 25.000 millones de kilómetros. Aunque El Danubio Azul no formó parte del famoso Disco de Oro que lleva la sonda desde 1977, ahora su melodía viaja por el cosmos, alcanzando la posición actual de Voyager 1 en menos de 24 horas y continuando su recorrido hacia las estrellas. Se estima que en más de cuatro años, la señal llegará al sistema estelar más cercano: Alfa Centauri.
«Este evento demuestra que nuestra tecnología no solo puede transmitir datos científicos, sino también arte humano a grandes distancias», destacó el Director General de la ESA, Josef Aschbacher. «Es un momento poderoso que refleja cómo la música –al igual que el espacio– conecta a toda la humanidad».
Popularizada como banda sonora de la icónica escena de acoplamiento de naves espaciales en 2001: Odisea del espacio de Stanley Kubrick, El Danubio Azul se ha consolidado como un símbolo de la exploración espacial. Con esta transmisión histórica, la ESA rinde homenaje tanto a la herencia cultural europea como al espíritu eterno de descubrimiento.
El evento en el Bryant Park de la ciudad de Nueva York. Crédito: Vienna Tourist Board/Stefan Wuernitzer.
«La exitosa realización de la misión WALTZ INTO SPACE demuestra la capacidad única de Viena para fusionar tradición e innovación», expresó Norbert Kettner, director de la Oficina de Turismo de Viena. «Estamos orgullosos de haber colaborado con la Agencia Espacial Europea, y agradecemos sinceramente a todos los socios que hicieron posible esta celebración cósmica del patrimonio cultural vienés».
El concierto completo puede volver a verse en línea a continuación:
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