Hoy se cumplen 30 años de una de las imágenes espaciales más icónicas de la misión Voyager y, para conmemorarlo, el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California, ha publicado una nueva versión mejorada.

«Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestro hogar. Eso somos nosotros. En él, todos los que amas, todos los que conoces, todos de los que alguna vez escuchaste, cada ser humano que ha existido, vivió su vida. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, niño esperanzado, inventor y explorador, cada maestro de la moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie, vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol».

Esto escribía el famoso astrónomo y divulgador Carl Sagan en su libro Un punto azul pálido: una visión del futuro humano en el espacio (1994). La misma introducción se utilizaría para el primer capítulo de la serie Cosmos, que llevó los misterios (y certezas) del espacio a los salones de muchas casas en la Tierra.

La imagen a la que Sagan se refería, esa en la que se podía ver el «punto azul pálido» en el que vivimos y que fue retratado a más de 6.000 millones de kilómetros, cumple hoy su trigésimo aniversario.

Vista mejorada

Para conmemorar los 30 años de aquel momento, el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL) ha publicado una nueva versión de la imagen.

«Utilizando nuevas técnicas y un moderno software de procesamiento, se ha mejorado la fotografía, siempre respetando su composición original», afirman desde el JPL.

A la izquierda, la foto original. A la derecha, la imagen mejorada. En ambas se observa un pequeño punto azul, la Tierra, a más de 6.000 millones de kilómetros.

Así, se sigue representando la Tierra con un único píxel azul brillante en la inmensidad del espacio, pero incluye como novedad la nitidez de rayos de luz solar dispersados dentro de la óptica de la cámara en color blanco y no con los anteriores filtros. De esta manera, se sigue observando el rayo que cruzó justo en el momento en el que la Voyager 1 tomó la instantánea de nuestro planeta.

Sagan se lo sugirió a la NASA

La mítica y famosa imagen fue tomada un día como hoy pero hace 30 años, por la misión Voyager. Concretamente, por la Voyager 1, que se encontraba a 6.050 millones de kilómetros de casa, la Tierra, el punto azul pálido que se ve en la imagen. Minutos después, la sonda, junto con su hermana, la Voyager 2, se apagarían intencionadamente para conservar energía y cumplir su objetivo de salir del Sistema Solar, como consiguieron a finales del pasado año.

Trayectoria que siguió la Voyager 1 para tomar los «retrartos de familia» del Sistema Solar.

Fue precisamente el propio Sagan quien sugirió a la NASA que la sonda tomase una última foto de nuestro planeta azul. Después de un intenso debate que duró diez años —algunos decían que este experimento no previsto podría dañar los sensores de la nave—, se aprobó realizar una serie de 60 «retratos de familia» del Sistema Solar donde se fotografió a Venus, la Tierra, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.

Finalmente, las predicciones más agoreras no se cumplieron: aún hoy las sondas Voyager siguen enviando señales a la Tierra (y de hecho está previsto que continúen al menos hasta 2025). Por el contrario, Carl Sagan obtuvo la inspiración para su obra más famosa y la humanidad pudo observar por primera vez desde lejos cómo se ve su vecindario cósmico a millones de kilómetros. No salió tan mal la jugada.

Fuente: NASA. Edición ABC.es.

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