La sonda Voyager 2 de la NASA ha salido de la heliosfera, la burbuja protectora de las partículas y los campos magnéticos creados por el Sol, y ya se adentra en el espacio interestelar.

Voyager 2 se lanzó en 1977, 16 días antes de Voyager 1, y ambas han viajado mucho más allá de sus destinos originales. Las naves espaciales fueron construidas para durar cinco años y realizar estudios de primer plano de Júpiter y Saturno. Sin embargo, a medida que la misión continuaba, resultaron posibles los sobrevuelos adicionales de los dos planetas gigantes más externos, Urano y Neptuno.

Por segunda vez en la historia, un objeto hecho por el hombre ha alcanzado el espacio entre las estrellas. La primera fue Voyager 1, gemela de Voyager 2, en 2012.

Según un comunicado de la NASA, al comparar los datos de diferentes instrumentos a bordo de la nave espacial, los científicos de la misión determinaron que la sonda cruzó el borde exterior de la heliosfera el 5 de noviembre. Este límite, llamado heliopausa, es donde el viento solar caliente y tenue se encuentra con el medio interestelar frío y denso. Su gemela, la Voyager 1, cruzó este límite en 2012, pero la Voyager 2 lleva un instrumento de trabajo que proporcionará observaciones únicas de la naturaleza de esta puerta de entrada al espacio interestelar.

Voyager 2 ahora está a un poco más de 18.000 millones de kilómetros de la Tierra. Los operadores de la misión aún pueden comunicarse con la sonda cuando ingresa a esta nueva fase de su viaje, pero la información, que se mueve a la velocidad de la luz, tarda aproximadamente 16,5 horas en viajar desde la nave a la Tierra. En comparación, la luz que viaja desde el Sol tarda unos ocho minutos en llegar a la Tierra.

Las sondas Voyager se alimentan con calor de la descomposición del material radioactivo, contenido en un dispositivo llamado generador de radioisótopos (RTG). La potencia de salida de los RTG disminuye en cuatro vatios por año, lo que significa que varias partes de las Voyager, incluidas las cámaras, se han apagado con el tiempo para economizar la energía.

Y aunque tanto Voyager 1 como Voyager 2 han abandonado la heliosfera, aún no han abandonado el sistema solar, y no se irán pronto. Se considera que el límite del sistema solar está más allá del borde exterior de la Nube de Oort, una colección de pequeños objetos que todavía están bajo la influencia de la gravedad del Sol. El ancho de la Nube de Oort no se conoce con precisión, pero se estima que comienza en unas 1.000 unidades astronómicas (UA) desde el Sol y se extiende hasta unas 100.000 UA —una UA es la distancia del Sol a la Tierra—. Voyager 2 tardará unos 300 años en alcanzar el borde interior de la Nube de Oort y posiblemente 30.000 años en volar más allá.

Fuente: NASA. Edición: EP.

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