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Un equipo de geólogos ha identificado el cráter de impacto más antiguo del planeta en la región de Pilbara, Australia Occidental. Con más de 3.500 millones de años de antigüedad, este hallazgo supera en más de mil millones de años a cualquier otro cráter previamente conocido y podría arrojar nueva luz sobre la formación de los continentes terrestres.
Grandes conos de impacto en forma de cabaña en las rocas de la Unidad Antarctic Creek en el sitio del descubrimiento. Las rocas en la cima de la colina más a la izquierda son basaltos que yacen directamente sobre los conos de impacto. Crédito: Tim Johnson.
Los científicos han debatido durante décadas el origen de las primeras rocas continentales. Algunas teorías sugieren que estas se formaron por el ascenso de material caliente desde el núcleo terrestre, mientras que otras defienden un proceso de colisión y subducción similar a la tectónica de placas actual.
Sin embargo, los investigadores de la Universidad Curtin que han liderado este descubrimiento proponen una explicación diferente: la energía generada por impactos de meteoritos de gran tamaño pudo haber sido el desencadenante de la formación de los primeros continentes. Según su teoría, estos impactos habrían derretido enormes volúmenes de roca, creando grandes masas volcánicas que evolucionaron hasta convertirse en corteza continental.
La expedición, realizada en mayo de 2021, se centró en una formación rocosa inusual conocida como Unidad Antarctic Creek, una capa de sedimentos intercalada entre varios kilómetros de lava basáltica. Lo que hizo que esta zona fuera especialmente prometedora fue la presencia de esferulitas, diminutas gotas de roca fundida que se generan durante un impacto.
Conos de impacto delicados dentro de rocas típicas de la Unidad Antarctic Creek. Crédito: Tim Johnson.
El descubrimiento clave llegó de manera inesperada. Mientras exploraban el terreno, los investigadores de Curtin encontraron conos de impacto, estructuras fractales que solo se forman por la onda de choque de un meteorito. Esto confirmó que estaban sobre el lecho de un antiguo cráter dejado por un meteorito.
«La serendipia es algo maravilloso. Hasta donde sabíamos, aparte de los propietarios tradicionales, el pueblo Nyamal, ningún geólogo había puesto los ojos en estas impresionantes formaciones desde que se crearon», dijo el profesor Tim Johnson, coautor principal del estudio publicado esta semana en Nature Communications.
Una «cabaña» de cono de rotura de aproximadamente un metro de altura, con las colinas onduladas de Pilbara al fondo. Crédito: Chris Kirkland.
Para verificar la antigüedad del cráter, el equipo regresó en mayo de 2024 y realizó un análisis detallado de las formaciones geológicas. La capa con conos de impacto estaba situada debajo de una gruesa capa de basalto intacto, lo que indicaba que el impacto ocurrió antes de la formación de esta capa.
Los análisis confirmaron que las rocas afectadas por el impacto tenían 3.500 millones de años, estableciendo un nuevo récord como el cráter de impacto más antiguo de la Tierra.
La Unidad Antarctic Creek que contiene conos de rotura subyace directamente a las brechas carbonáticas polimícticas, que generalmente tienen un grosor de 5 a 10 metros. Crédito: T. Johnson, C. Kirkland et al. Nature Com., 2025.
«Al igual que otros antes que nosotros, habíamos argumentado que los impactos de meteoritos desempeñaron un papel fundamental en la historia geológica de nuestro planeta, tal como lo hicieron claramente en nuestra Luna craterizada y en otros planetas, lunas y asteroides. Ahora, tanto nosotros como otros investigadores tenemos la oportunidad de poner a prueba estas ideas con pruebas concretas», comentó Johnson.
«¿Quién sabe cuántos cráteres antiguos permanecen aún sin descubrir en los núcleos primitivos de otros continentes? Encontrarlos y estudiarlos transformará nuestra comprensión de la Tierra temprana y del papel de los impactos gigantes, no solo en la formación de las masas terrestres en las que vivimos, sino también en el origen mismo de la vida», concluyó.
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