Experto dice que la IA general podría tratarnos como nosotros a los animales

Al igual que los humanos no le piden permiso a los animales para construir una carretera, las inteligencias artificiales generales no le pedirán permiso a los humanos para hacer algo que es importante para ellas.

En la película The Matrix, los humanos son cultivados.

El informático teórico Ilya Sutskever es conocido por su contribución significativa al desarrollo de algoritmos y arquitecturas clave en el campo de las redes neuronales profundas y el aprendizaje automático. Como cofundador de OpenAI, es una de las mentes detrás de la tecnología que cambiará para siempre el mundo en los próximos años... aunque tal vez no de una manera que beneficie necesariamente a todos.

En una entrevista para un mini documental publicado recientemente por el medio británico The Guardian, el experto señaló que la inteligencia artificial (IA) resolverá todos los problemas que enfrentamos hoy, pero a la vez «creará nuevos problemas», sobre todo cuando evolucione hacia la llamada «inteligencia artificial general» (IAG) y supere las capacidades humanas.

«La IAG es un sistema que puede hacer cualquier trabajo o tarea que hace un humano pero mejor», explica Sutskever en el corto documental. «Y existe una gran probabilidad de que este paso tenga lugar lo suficientemente pronto como para que ya tengamos que empezar a tomar cartas en el asunto».

Es por esta razón que el experto advierte que hay que preocuparse ahora por establecer regulaciones y programar esta tecnología correctamente para el beneficio de la humanidad. De lo contrario, piensa, «se abrirá paso la selección natural y favorecerá estos sistemas, priorizando su supervivencia en lugar de la nuestra».

«Y no es que vayan a odiarnos y nos quieran dañar, sino que estas inteligencias serán demasiado poderosas. Creo que una buena analogía sería la forma en que los humanos tratan a los animales. No es que odiemos a los animales. Creo que los humanos aman a los animales y sienten mucho afecto por ellos. Pero cuando llega el momento de construir una carretera entre dos ciudades, no le pedimos permiso a los animales. Simplemente lo hacemos porque es importante para nosotros».

«Siento que, por defecto, ese será el tipo de relación que existirá entre nosotros y las IAGs, que son verdaderamente autónomas y operan por su cuenta», concluye Sutskever.

Fuente: The Guardian. Edición: MP.