Científicos encuentran la evidencia definitiva de que un asteroide exterminó a los dinosaurios

Tras décadas de arduo debate e investigaciones, los científicos creen que finalmente han llegado a un veredicto final sobre el caso de lo que mató a los dinosaurios.

En la década de 1980, los científicos estaban bastante seguros de que un asteroide gigantesco hizo llover fuego del cielo y cometió una atrocidad masiva contra los dinosaurios que reinaban en la Tierra. Ahora, finalmente han encontrado la prueba irrefutable que necesitaban para sellar el veredicto, según una investigación publicada esta semana en la revista Science Advances.

¿Esa evidencia? Polvo de asteroide, conservado en la escena del antiguo crimen.

Limpieza de la escena del crimen

En el pasado se ha confundido el caso del asteroide con otras hipótesis de posibles eventos de nivel de extinción. Por ejemplo: supervolcanes como el que acecha debajo de Yellowstone, los estragos graduales del cambio climático y la inseguridad alimentaria, e incluso la depredación de mamíferos que comen huevos afirmando su dominio evolutivo.

Pero ahora, la hipótesis de los asteroides vuelve a estar en primer plano, gracias al descubrimiento de roca y polvo enriquecidos con iridio en el sitio del cráter que se remonta a dos décadas después del impacto.

«El círculo finalmente se ha completado», dijo en un comunicado de prensa el autor principal y geoquímico de la Vrije Universiteit Brussel, Steven Goderis.

Registros coincidentes

El pico de iridio es importante: los científicos lo compararon con niveles inusualmente altos de iridio en el registro geológico de la Tierra que también se relacionó con el impacto de hace 66 millones de años.

Eso relaciona este impacto específico con la dispersión global de polvo que los científicos creen que cubrió el cielo, enfrió el mundo y provocó la extinción masiva, todo lo cual sucedió justo cuando los dinosaurios desaparecieron.

«Ahora estamos en un nivel de coincidencia que geológicamente no sucede sin una causalidad», concluyó en el comunicado el coautor y geocientífico de la Universidad de Texas, Sean Gulick.

Fuente: The Byte. Edición: MP.