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Poseen una potencia 50 veces superior a la de los relámpagos convencionales y son capaces de alcanzar incluso los límites del espacio.
El 20 de agosto, el fotógrafo puertorriqueño Frankie Lucena estaba tomando fotos de un sistema de tormentas en movimiento que pronto se convertiría en el actual huracán Franklin, cuando un raro fenómeno de la naturaleza apareció ante sus ojos: varios enormes destellos de relámpagos surgieron directamente hacia arriba desde una nube de tormenta y se detuvieron justo debajo del borde del espacio.
Relámpagos ascendentes como estos son conocidos como chorros o jets gigantes. Son el tipo más raro y poderoso de relámpagos, ocurriendo tan solo unas 1000 veces al año y teniendo más de 50 veces la potencia de un relámpago típico. Los destellos invertidos pueden ascender más de 80 kilómetros sobre la superficie de la Tierra, tocando la parte inferior de la ionosfera —la vasta capa de partículas cargadas eléctricamente donde la parte superior de la atmósfera se encuentra con el borde del espacio exterior (el espacio comienza técnicamente a 100 km sobre el nivel del mar, mientras que la ionosfera se extiende desde aproximadamente 80 a 640 km sobre el nivel del mar)—.
Aunque son raros, los chorros gigantes no son un espectáculo desconocido durante la temporada de huracanes en el Atlántico. Según un estudio de agosto de 2022 en la revista Science Advances, se reportan con mayor frecuencia en regiones tropicales, especialmente durante eventos de rápida intensificación como el caso de Franklin.
A pesar de esto, los científicos solo han tenido conocimiento de este fenómeno durante aproximadamente 20 años, y aún hay muchas incógnitas al respecto, incluyendo por qué los destellos se disparan hacia el cielo en lugar de dirigirse hacia el suelo. Los enormes destellos ascendentes podrían ser el resultado de algún tipo de bloqueo que impide que el relámpago escape a través de la parte inferior de la nube —escribieron los autores del estudio de 2022—, aunque el mecanismo exacto aún es desconocido.
Puede haber más oportunidades para observar y estudiar estos destellos este año, ya que la temporada de huracanes en el Atlántico acaba de comenzar con fuerza. Según el Servicio Meteorológico Nacional, Franklin se ha desplazado hacia el norte en dirección a Bermuda, intensificándose como el primer gran huracán de la temporada 2023. Y si bien los expertos advierten sobre corrientes de resaca potencialmente peligrosas a lo largo de la costa este de los Estados Unidos, no se pronostica actualmente que el huracán Franklin toque tierra.
El que si lo hizo fue el huracán Idalia, que llegó a Florida ayer (30 de agosto) como una tormenta de Categoría 2, para luego fortificarse y llegar hasta Categoría 4. La tormenta está siendo alimentada por temperaturas oceánicas fuera de lo común, que han roto todos los récords desde que comenzaron las mediciones por satélite en la década de 1980. Las temperaturas récord se deben a una combinación del cambio climático causado por el ser humano y un evento de El Niño, que se pronostica que superará sustancialmente al último fuerte a principios de 2016.
Fuente: Live Science. Edición: MP.
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