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La famosa supergigante roja, la más cercana a la Tierra, pudo haber devorado a una «hermana» hace unos 100.000 años.
Betelgeuse, situada a 600 años luz más allá de Orión, es una de las estrellas más famosas. Esta supergigante roja con nombre de personaje de cuento, la más cercana a la Tierra, está llegando al final de su vida y se ha hinchado hasta muchas veces su tamaño original. Algún día explotará como una supernova, pero nadie sabe cuándo, quizás dentro de 10.000 años, quizás mañana.
Pero ese misterio sobre su futuro está profundamente intrincado con otro sobre su pasado. El astrónomo J. Craig Wheeler, de la Universidad de Texas en Austin (EE.UU.) cree que Betelgeuse no estuvo siempre sola, sino que nació con una estrella compañera, a la que acabó devorando después, hace unos 100.000 años. La investigación aparece publicada en la revista Monthly Notices de la Royal Astronomical Society.
La nueva pista sobre el futuro de Betelgeuse implica su rotación. Cuando una estrella se infla para convertirse en una supergigante, su rotación debe reducir la velocidad. «Es como el clásico giro del patinador de hielo. A medida que abre los brazos, se ralentiza», explica Wheeler. Así sería la rotación de la estrella, que debería ir disminuyendo al tiempo que la estrella se expandía. Pero eso no es lo que el equipo científico encontró.
«No podemos creer la rotación de Betelgeuse», asegura Wheeler. «Está girando 150 veces más rápido que cualquier estrella solitaria». Esto fue lo que puso sobre la pista al investigador. Si Betelgeuse hubiera tenido una compañera en sus orígenes, en una órbita aproximadamente del tamaño que Betelgeuse tiene ahora, y luego hubiera sido devorada, esa estrella transferiría el momento angular de su órbita en torno a Betelgeuse al exterior de la estrella, acelerando su rotación.
Wheeler estima que la estrella compañera habría tenido aproximadamente la misma masa que el Sol, lo que explicaría la velocidad de rotación actual de Betelgeuse de 15 km/seg.
Si Betelgeuse se tragó a su hermana, lo más probable es que la interacción entre ambas hiciera que la supergigante disparara algo de materia hacia el espacio. De hecho, esa materia existe, ya que la estrella, como puede verse en unas imágenes infrarrojas tomadas en 2012 por investigadores de la Universidad de Lovaina en Bélgica con el telescopio Herschel (ver primera imagen de esta noticia), muestran dos corazas a un lado de la estrella cuyo origen no se sabe con certeza. La teoría de una compañera devorada también podría explicar este hecho.
Wheeler y su equipo de estudiantes prosiguen sus investigaciones sobre esta estrella enigmática. A continuación, esperan sondear Betelgeuse usando una técnica llamada asterosismología, en busca de ondas sonoras que afectan a la superficie de la estrella, para obtener pistas sobre lo que está sucediendo en su interior.
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3 comentarios@Arkantos Khan: De nada! Es un gusto colaborar! Que pase una muy Feliz Navidad con su familia! Todos los Mejores Deseos para el Año Nuevo 2017!
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8:39
Muy interesante el artículo sobre Betelgeuse! Muchas Gracias!
ResponderMe permito una observación: El término correcto es "fratricida" y no "fraticida".