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Arqueólogos del Centro Polaco de Arqueología Mediterránea (PCMA) de la Universidad de Varsovia descubrieron un enigmático complejo de habitaciones hechas de ladrillo secado al sol, cuyos interiores están cubiertos con escenas figurativas únicas del arte cristiano.
Vieja Dongola fue la capital de Makuria, uno de los reinos africanos más eminentes de la Edad Media que se extendió en lo que en la actualidad es la parte norte de Sudán y el sur de Egipto.
A finales del siglo VI, los monarcas de Makuria se convirtieron al cristianismo, pero en el siglo VII Egipto fue conquistado por los ejércitos islámicos, y Nubia quedó aislada del resto de la Cristiandad. En 651, un ejército árabe intentó la invasión, pero fue repelido y se firmó un tratado llamado baqt, que creó una paz entre los dos bandos que resistió hasta el siglo XIII.
Fue en esta zona histórica que los arqueólogos Lorenzo de Lellis y Maciej Wyżgoł llevaron a cabo un inesperado hallazgo a orillas del Nilo: un complejo de habitaciones hechas de ladrillo seco, cuyos interiores estaban cubiertos con escenas figurativas únicas en la pintura cristiana.
El descubrimiento se realizó durante la exploración de casas de la era Funj (siglos XVI-XIX d.C.). Debajo del piso de una de las casas había una abertura que conducía a una pequeña habitación, cuyas paredes estaban decoradas con representaciones inusuales.
«Las pinturas muestran a la Madre de Dios, Cristo, así como una escena que presenta al rey nubio, Cristo y el arcángel Miguel. Sin embargo, esta no es una representación típica de la protección del gobernante nubio por santos y arcángeles», dijo el PCMA en un comunicado. Como describen los investigadores, «el rey se inclina ante Cristo sentado en las nubes, besando su mano. El gobernante está sostenido por el arcángel Miguel, cuyas alas extendidas protegen tanto al rey como al mismo Cristo».
«Tal escena no tiene analogía en la pintura nubia. El dinamismo y la íntima proximidad del rey y los santos contrasta con el carácter hierático de las escenas que se muestran en las paredes laterales. En una pose digna, María está vestida con túnicas oscuras. En sus manos se puede ver una cruz y un libro. Cristo está representado en la pared opuesta. Su mano derecha se muestra en un gesto de bendición, y en su izquierda sostiene un libro», describieron los los arqueólogos.
Las pinturas van acompañadas de inscripciones, algunas de ellas ya fueron leídas por la Dra. Agata Deptula del PCMA.
«La lectura preliminar de las inscripciones en griego permite identificarlas como textos de la liturgia de las ofrendas previamente bendecidas. Inscripciones de este tipo suelen encontrarse en espacios donde se celebraba la Eucaristía fuera del altar mayor de la iglesia. La inscripción nubia antigua que acompaña a la escena principal es extremadamente difícil de descifrar», señaló Deptula.
Gracias a una lectura preliminar del Dr. Vincent van Gerven Oei, ya se sabe que la inscripción menciona varias veces a un rey llamado David y le pide a Dios que proteja la ciudad.
«Probablemente se trata de Dongola, y la escena representa al rey David. Fue uno de los últimos gobernantes de la Makuria cristiana, cuyo reinado marca el principio del fin del reino. Dongola fue conquistada por primera vez en su historia. Quizás la pintura se creó cuando el ejército mameluco se acercaba a la ciudad o ya la estaba asediando», explicó el PCMA.
El mayor misterio para los arqueólogos es, empero, el complejo de salas en las que se encuentran las pinturas. Los espacios, cubiertos con bóvedas y cúpulas y realizados con ladrillo seco, son bastante reducidos.
«La sala en la que se encuentra el cuadro con la imagen del rey David se asemeja a una cripta, pero se halla a 7 metros sobre el nivel del suelo medieval. El edificio es contiguo a un monumental edificio sacro identificado por los expertos como la Gran Iglesia de Jesús mencionada en los textos. Probablemente fue la catedral de Dongola y el reino de la iglesia más importante de Makuria», añadieron los investigadores.
Las pinturas únicas ya han sido aseguradas por conservadores bajo la dirección de Magdalena Skarżyńska. El equipo operó como parte de la cooperación entre el Centro de Arqueología Mediterránea de la Universidad de Varsovia y el Departamento de Conservación y Restauración de Obras de Arte de la Academia de Bellas Artes de Varsovia.
«Trabajar en un espacio tan pequeño, bajo la presión del tiempo y con altas temperaturas ya en marzo fue extremadamente exigente. Las pinturas en algunos lugares se desprendieron de la pared, pero la capa de pintura en sí estaba muy bien preservada. Los conservadores aseguraron las pinturas, hicieron bandas y masillas y llenaron los espacios vacíos entre la pared y el yeso con el fluido de inyección», describió el PCMA.
La investigación en Dongola continuará en el otoño.
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