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El cambio a caminar sobre dos piernas, en lugar de cuatro, es un momento importante en la evolución de nuestra especie. Ahora, un nuevo estudio remonta esta adaptación a unos 7 millones de años.
Esa es a la conclusión a la que se ha llegado tras un detallado análisis de los fósiles del muslo (fémur) y el antebrazo (cúbito) de un Sahelanthropus tchadensis —la especie representativa más antigua de la humanidad— encontrados hace un par de décadas en Toros-Menalla, República de Chad
«Aquí presentamos evidencia poscraneal del comportamiento locomotor del S. tchadensis, con nuevos conocimientos sobre el bipedalismo en la etapa temprana de la historia evolutiva de los homínidos», escriben los investigadores en un artículo publicado en Nature.
Al comparar los fósiles del muslo y el antebrazo con los huesos equivalentes de humanos, chimpancés y gorilas, los investigadores pudieron descubrir la mecánica de cómo se usaron y cómo se movía esta especie —su «modo locomotor»—.
Se utilizaron un total de 20 características diferentes de los huesos fosilizados para establecer si S. tchadensis caminaba sobre dos o cuatro patas, incluida la forma exterior de los restos y las estructuras internas, evaluadas mediante imágenes de microtomografía.
Llegaron a la conclusión de que la «bipedalidad habitual» con algo de escalada de árboles era el escenario más probable.
El equipo también sugiere que existe una diferencia entre la forma en que la especie trepaba a los árboles en comparación con los gorilas y los chimpancés de hoy —con agarres firmes en las manos, en lugar de apoyarse en los huesos de los dedos de las manos y los pies—.
«La curvatura y las propiedades geométricas de la sección transversal del cúbito son indicativas de comportamientos arbóreos habituales, incluida la escalada —y/o la escalada cautelosa—, en lugar del cuadrúpedo terrestre», escriben los autores.
La investigación se basa en un estudio anterior de un fósil de cráneo desenterrado en el mismo sitio y que se cree que también pertenece a S. tchadensis. El análisis del cráneo sugirió que estas criaturas parecidas a simios eran bípedas, pero ahora hay evidencia más completa.
Los fósiles datan de la época (hace entre 6 y 8 millones de años) en que los humanos se separaron genéticamente de los chimpancés y los bonobos, que son nuestros parientes vivos más cercanos, por lo que es una etapa crucial, y que ya ha atraído a muchos científicos al debate.
Estos primeros homínidos probablemente habrían vivido en un entorno que mezclaba bosques, palmerales y pastizales, y tanto caminar sobre dos piernas como trepar a los árboles eran opciones para ellos mientras buscaban comida y agua.
«La hipótesis más parsimoniosa sigue siendo que la morfología poscraneal de Sahelanthropus es indicativa de bipedestación y que cualquier otra hipótesis tendría menos poder explicativo para el conjunto de características que presenta el material de Chad», concluyen los investigadores.
Fuente: Nature/SciAl. Edición: MP.
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