En un tuit reciente, la Fuerza Espacial de EE.UU. dijo que actualmente está rastreando 85 piezas individuales de escombros a una altitud de 1169 km, pertenecientes al satélite ruso KOSMOS 2499. La ruptura ocurrió el 4 de enero de 2023, pero se desconoce el motivo de la desintegración.

A esta gran altitud, los desechos tardarán décadas en salir de órbita y quemarse en la atmósfera terrestre; algo que pone de manifiesto el peligro de la basura espacial cada vez más abundante en la órbita terrestre.

Este es en realidad el segundo evento de ruptura de Kosmos 2499. La primera fragmentación ocurrió el 23 de octubre de 2021, según comentó Jonathan McDowell, astrónomo del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica que también rastrea desechos espaciales. Ese evento creó 22 piezas de escombros rastreables.

El satélite ha tenido una historia curiosa. Rusia lanzó silenciosamente KOSMOS 2499 el 23 de mayo de 2014. Pero el seguimiento indicó que realizó maniobras inusuales, lo que llevó a algunos a especular que podría ser un arma antisatélite experimental, un vehículo de mantenimiento de satélites o un recolector de basura espacial.

Sin embargo, un artículo publicado en el sitio web oficial del Instituto de Física y Tecnología de Moscú indicó que el artefacto fue diseñado para probar motores de propulsión de plasma/propulsores de iones experimentales.

Se pensó que tanto el primer evento de ruptura como ahora el segundo fueron causados ​​por una explosión de ese sistema de propulsión.

LeoLabs, Inc., un proveedor comercial de mapeo y seguimiento de órbita terrestre baja, también tuiteó sobre la situación actual y dijo que su análisis apunta hacia una explosión de baja intensidad, «debido a la asimetría de la nube de escombros, la magnitud de la velocidad impartida a la fragmentos y una fuente de energía conocida a bordo (es decir, el sistema de propulsión)». También destacó un precedente: otra nave espacial idéntica, Kosmos 2491, explotó en 2020, atribuyendo la causa, justamente, a una explosión del sistema de propulsión.

El actual evento sigue a un incidente reciente donde dos piezas de chatarra sobrante de la era soviética pasaron muy cerca una de otra el 27 de enero de 2023. En tal ocasión, una parte de la etapa de un cohete se acercó a 6 metros de un satélite extinto a una altitud de 984 km sobre la superficie de la Tierra. Si los dos hubieran chocado, habrían creado una nube de escombros llena de miles de pequeñas piezas de basura espacial peligrosa.

Fuente: UT. Edición: MP.

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