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En un tuit reciente, la Fuerza Espacial de EE.UU. dijo que actualmente está rastreando 85 piezas individuales de escombros a una altitud de 1169 km, pertenecientes al satélite ruso KOSMOS 2499. La ruptura ocurrió el 4 de enero de 2023, pero se desconoce el motivo de la desintegración.
A esta gran altitud, los desechos tardarán décadas en salir de órbita y quemarse en la atmósfera terrestre; algo que pone de manifiesto el peligro de la basura espacial cada vez más abundante en la órbita terrestre.
Este es en realidad el segundo evento de ruptura de Kosmos 2499. La primera fragmentación ocurrió el 23 de octubre de 2021, según comentó Jonathan McDowell, astrónomo del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica que también rastrea desechos espaciales. Ese evento creó 22 piezas de escombros rastreables.
#18SDS has confirmed the breakup of COSMOS 2499 (#39765, 2014-028E) - occurred Jan 4, 2023 at appx 0357 UTC. Tracking 85 associated pieces at est 1169 km altitude - analysis ongoing. #spacedebris #space @SpaceTrackOrg @US_SpaceCom @ussfspoc
— 18th Space Defense Squadron (@18thSDS) February 7, 2023
El satélite ha tenido una historia curiosa. Rusia lanzó silenciosamente KOSMOS 2499 el 23 de mayo de 2014. Pero el seguimiento indicó que realizó maniobras inusuales, lo que llevó a algunos a especular que podría ser un arma antisatélite experimental, un vehículo de mantenimiento de satélites o un recolector de basura espacial.
Sin embargo, un artículo publicado en el sitio web oficial del Instituto de Física y Tecnología de Moscú indicó que el artefacto fue diseñado para probar motores de propulsión de plasma/propulsores de iones experimentales.
ATTN ? Our *preliminary* analysis of the Cosmos 2499 fragmentation event (using LeoLabs LeoRisk) points toward a low intensity explosion with moderate confidence. #SpaceDebris https://t.co/gOUlAbuHZW
— LeoLabs (@LeoLabs_Space) February 8, 2023
Se pensó que tanto el primer evento de ruptura como ahora el segundo fueron causados por una explosión de ese sistema de propulsión.
LeoLabs, Inc., un proveedor comercial de mapeo y seguimiento de órbita terrestre baja, también tuiteó sobre la situación actual y dijo que su análisis apunta hacia una explosión de baja intensidad, «debido a la asimetría de la nube de escombros, la magnitud de la velocidad impartida a la fragmentos y una fuente de energía conocida a bordo (es decir, el sistema de propulsión)». También destacó un precedente: otra nave espacial idéntica, Kosmos 2491, explotó en 2020, atribuyendo la causa, justamente, a una explosión del sistema de propulsión.
Too close for comfort... ?
Two large, defunct objects in #LEO narrowly missed each other this morning — an SL-8 rocket body (16511) and Cosmos 2361 (25590) passed by one another at an altitude of 984km. ?⚠️ #SpaceDebris pic.twitter.com/pF9o6BuZ5Q
— LeoLabs (@LeoLabs_Space) January 27, 2023
El actual evento sigue a un incidente reciente donde dos piezas de chatarra sobrante de la era soviética pasaron muy cerca una de otra el 27 de enero de 2023. En tal ocasión, una parte de la etapa de un cohete se acercó a 6 metros de un satélite extinto a una altitud de 984 km sobre la superficie de la Tierra. Si los dos hubieran chocado, habrían creado una nube de escombros llena de miles de pequeñas piezas de basura espacial peligrosa.
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