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Se trata de las civilizaciones Tipo III en la escala Kardashov, capaces de controlar y usar la energía no solo de su estrella sino la de otros sistemas y galaxias.
Durante los 1930s, los astrónomos se dieron cuenta que el Universo estaba en estado de expansión. Para finales del siglo XX, pudieron descubrir el ritmo a la que esta expansión se está acelerando, dando nacimiento a la teoría de la «Energía Oscura». Debido a esto, se estima que en los próximos 100.000 millones de años, todas las estrellas dentro del Grupo Local, la parte del Universo que incluye un total de 54 galaxias, incluida la Vía Láctea, se expandirán más allá del horizonte cósmico.
En este punto, estas estrellas no sólo dejarán de ser observables, sino también inaccesibles, lo que significa que ninguna civilización avanzada podrá aprovechar su energía.
Pero Dan Hooper, un astrofísico del Fermi National Accelerator Laboratory (FNAL) y la Universidad de Chicago, publicó recientemente un estudio en arXiv sobre cómo una civilización avanzada podría contrarrestar la expansión cósmica y seguir recogiendo energía de esas estrellas. Además, sugiere formas en que la humanidad podría buscar signos de tal civilización.
Para abordar cómo vivirían las civilizaciones avanzadas en un Universo así, Hooper comienza suponiendo que las civilizaciones en cuestión serían un Tipo III en la escala de Kardashov. Nombrada en honor al astrofísico ruso Nikolái Kardashov, una civilización Tipo III habría alcanzado proporciones galácticas y podría controlar la energía en una escala galáctica.
«En mi artículo, sugiero que la reacción racional a este problema sería que la civilización se expanda rápidamente hacia afuera, capturando estrellas y transportándolas a la civilización central, donde podrían usarse. Estas estrellas podrían transportarse utilizando la energía que producen ellos mismos», declaró a Universe Today.
Como admite Hooper, esta conclusión se basa en dos supuestos: primero, que una civilización altamente avanzada intentará maximizar su acceso a la energía utilizable; y segundo, que nuestra comprensión actual de la energía oscura y la futura expansión de nuestro Universo es aproximadamente correcta. Con esto en mente, Hooper intentó calcular qué estrellas podrían capturarse usando esfera Dyson y otras megaestructuras.
Esta cosecha, según Hooper, consistiría en la construcción de esferas Dyson no convencionales que utilizarían la energía que recogían de las estrellas para impulsarlas hacia el centro de la civilización de la especie. Las estrellas de gran masa probablemente evolucionen más allá de la secuencia principal antes de llegar al destino de la civilización central y las estrellas de baja masa no generarían suficiente energía (y por lo tanto aceleración) para evitar caer más allá del horizonte.
Por estas razones, Hooper concluye que las estrellas con masas de entre 0,2 y 1 masas solares serán los objetivos más atractivos para la cosecha. En otras palabras, las estrellas que son como nuestro Sol (tipo G o enana amarilla), enanas naranjas (tipo K) y algunas estrellas de tipo M (enanas rojas) serían todas adecuadas para los propósitos de una civilización de Tipo III.
Basándose en el supuesto de que una civilización de este tipo podría viajar a un 1 - 10% de la velocidad de la luz, Hooper estima que podrían cosechar estrellas en un radio de movimiento conjunto de aproximadamente 20 a 50 megapársecs (alrededor de 65,2 a 163 millones de años luz). Dependiendo de su edad, de 1 a 5 mil millones de años, podrían capturar estrellas en un rango de 1 a 4 megapársecs (3.260 a 13.046 años luz) o hasta varias decenas de megaparsecs.
Además de proporcionar un marco de cómo una civilización suficientemente avanzada podría sobrevivir a la aceleración cósmica, Hooper también ofrece nuevas posibilidades en la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI). Si bien su estudio aborda principalmente la posibilidad de que surja una megacivilización en el futuro (tal vez incluso sea la nuestra), también reconoce la posibilidad de que una ya pueda existir.
En el pasado, los científicos sugirieron buscar esferas Dyson y otras megaestructuras en el Universo buscando firmas en las bandas infrarroja o submilimétrica. Sin embargo, las megaestructuras para cosechar por completo la energía de una estrella y usarla para transportarlas a través del espacio a velocidades relativistas, emitirían firmas completamente diferentes.
Además, la presencia de tal supercivilización podría discernirse al observar otras galaxias y regiones del espacio para ver si un proceso de recolección y transporte ya ha comenzado (o está en una etapa avanzada). Mientras que los buscadores anteriores de esferas Dyson se han enfocado en detectar la presencia de estructuras alrededor de estrellas individuales dentro de la Vía Láctea, este tipo de búsqueda se enfocaría en galaxias o grupos de galaxias en las cuales la mayoría de las estrellas estarían rodeadas por esferas Dyson y movidas de su lugar correspondiente.
«Esto nos proporciona una señal muy diferente para buscar», dijo Hooper. «Una civilización avanzada que está en el proceso de este programa alteraría la distribución de las estrellas en regiones del espacio de decenas de millones de años luz de extensión, y probablemente produciría otras señales como resultado de la propulsión estelar».
Fuente: Universe Today. Edición: EP.
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1 comentario
14:57
Entonces traer a la Luna fue un paseo !!!!
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