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Civilizaciones alienígenas suficientemente avanzadas podrían capturar vastas cantidades de energía de su estrella anfitriona utilizando una estructura de talla astronómica llamada esfera de Dyson. Este dispositivo emitiría una firma de calor infrarrojo, y los astrónomos acaban de detectar siete estrellas donde parece estar sucediendo exactamente esto.
Muchos astrónomos han propuesto que estas megaestructuras cósmicas representan una de las tecnofirmas más trascendentales para detectar, ya que significaría el hallazgo de una civilización muy avanzada, de Tipo II en la escala de Kardashov —eso es miles de años más avanzada que la nuestra, que no llega al Tipo I aún—.
Ahora, y un equipo de investigadores de Suecia, India, el Reino Unido y Estados Unidos, ha desarrollado una forma de buscar este tipo de tecnofirma bajo el Proyecto Hefesto, nombrado así en honor al dios griego del fuego y la metalurgia.
«En este estudio, presentamos una búsqueda exhaustiva de esferas de Dyson parciales mediante el análisis de observaciones ópticas e infrarrojas de Gaia, 2MASS y WISE», escriben los autores en el estudio publicado en el Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. «Estas son encuestas astronómicas a gran escala diseñadas para diferentes propósitos. Cada una de ellas generó una enorme cantidad de datos de estrellas individuales».
«En total, examinamos ~5 millones de fuentes para construir un catálogo de posibles esferas de Dyson», precisaron.
Revisar todos esos datos y descartar falsos positivos es una tarea ardua. Por tal razón, el equipo desarrolló un canal especial para trabajar a través de los datos combinados de las tres encuestas, enfocándose en la búsqueda de esferas parcialmente completadas que emitirían un exceso de radiación infrarroja.
«Esta estructura emitiría calor residual en forma de radiación infrarroja media que, además del nivel de completitud de la estructura, dependería de su temperatura efectiva», señaló Matías Suazo, autor principal del estudio y estudiante de doctorado en el Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Uppsala, Suecia.
Luego filtrar las candidatas a tecnofirmas con el canal de datos, los investigadores sometieron los resultados a un escrutinio adicional basado en factores como las emisiones de H-alfa, la variabilidad óptica y la astrometría.
368 fuentes sobrevivieron al último corte. De esas, 328 fueron rechazadas como mezclas de señales, 29 fueron rechazadas como irregulares y 4 fueron rechazadas como nebulares. Esto dejó un total de 7 candidatas finales que, según los investigadores, podrían ser esferas de Dyson legítimas.
«Todas las fuentes emiten claramente en el infrarrojo medio y no se han detectado contaminantes o señales obvias que sugieran un origen diferente del infrarrojo medio», explicaron.
Estas son las siete candidatas más fuertes, pero los investigadores saben que por ahora son solo eso, candidatas. Podría haber otras razones por las que las siete fuentes están emitiendo exceso de infrarrojos. «La presencia de discos de escombros cálidos que rodean a nuestras candidatas sigue siendo una explicación plausible para el exceso de infrarrojos de nuestras fuentes», admitieron.
No obstante, las estrellas donde se hallan estas estructuras son del tipo M (enanas rojas), y los discos de escombros alrededor de ellas son muy raros y extremos.
«Estas fuentes nunca han sido observadas en conexión con enanas rojas», argumentaron Suazo y sus coautores.
Eso deja al equipo con tres preguntas: ¿Son las fuentes estrellas jóvenes extrañas cuyo flujo no varía con el tiempo? ¿Son estos discos de escombros de enanas rojas con una luminosidad fraccional extrema? ¿O algo completamente diferente?
«Después de analizar la fotometría óptica/NIR/MIR de ~5 x 106 fuentes, encontramos 7 enanas rojas aparentes que exhiben un exceso de infrarrojos de naturaleza poco clara que es compatible con nuestros modelos de esferas de Dyson», escriben los investigadores en su conclusión. «Hay explicaciones naturales para este exceso de infrarrojos, pero ninguna de ellas explica claramente tal fenómeno en las candidatas, especialmente dado que todas son enanas rojas».
Los investigadores, entusiasmados por este posible indicio de vida extraterrestre, consideran que la espectroscopía óptica de seguimiento sería fundamental para profundizar en la naturaleza de estas 7 fuentes. Mediante análisis adicionales, se podrá determinar con mayor certeza si se trata efectivamente de esferas de Dyson o de algún otro fenómeno espacial.
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