Los casos de encuentros cercanos del tercer o cuarto tipo reportados por muchas personas alrededor del mundo dan testimonio de la forma humanoide de los tripulantes los ovnis. Muchos se han agarrado de este hecho para sugerir que dichos reportes son parte de la imaginación de las personas, quienes no pueden concebir seres inteligentes con forma distinta a la humana. Sin embargo, hay una razón biológica y evolutiva detrás.

Es bastante razonable que los visitantes efectivamente tengan forma humana o parecida a la humana. Es necesario darse cuenta de que un perro o una culebra simplemente no pueden construir una nave espacial y viajar hasta acá porque ni el perro ni la culebra poseen manos para manipular un alicate y construir tal nave espacial.

Es claro también que de todos los miles de formatos biológicos existentes en nuestro planeta, solamente el formato humanoide posee una inteligencia alta junto con la capacidad para manipular herramientas. Ciertamente los chimpancés y orangutanes (formato humanoide) son los más inteligentes después de los humanos.

Algunos podrán decir que el delfín es un animal inteligente. Quizá. Pero lamentablemente no tiene las manos que le permitan construir naves espaciales. Esto es así porque el delfín requiere tener una forma hidrodinámica, o forma de pez, que le permita viajar con eficiencia por el agua.

Otros pueden decir que el perro podría, por virtud de una evolución de millones de años, llegar a tener manos que le permitan construir naves. Es cierto, pero lamentablemente para hacer tal cosa debería primero evolucionar hacia un animal que no utilice sus extremidades delanteras como medio de transporte, lo que es equivalente a decir que tal perro debería comenzar a caminar erguido, pues debería dejar de usar sus patas delanteras como medio de transporte y comenzar a destinarlas para manipulación de herramientas, todo lo cual haría que el perro fuera lentamente pareciéndose a la forma humanoide, es decir, con un tronco, dos piernas, dos brazos, y la cabeza arriba.

No se trata de que un ser pueda tener las características que a cualquiera se le pudiera ocurrir. Sus características deben ser compatibles con el medio en el cual el ser vivo se desenvuelve.

Evolución convergente

Desde el punto de vista científico NO es razonable imaginar a seres con 17 piernas, 3 cabezas y 5 ojos. El concepto importante aquí es el de «Evolución Convergente», el cual dice que para triunfar en cierto medio ambiente, dos seres que son orgánicamente distintos podrían llegar a tener una forma externa similar.

Un ejemplo de Evolución Convergente lo constituyen el delfín y el tiburón. El delfín es un mamífero, en tanto que el tiburón es un pez, ambos son internamente diferentes pero exteriormente se ven muy parecidos, y eso es porque su forma externa debe ser la apropiada para nadar lo mejor posible en el medio ambiente acuoso. Lo mismo podría estar ocurriendo con los seres que se desenvuelven en el medio-ambiente de la «Inteligencia Tecnológica».

No quiero decir que todos los visitantes tengan obligatoriamente que tener forma humanoide, pero si estoy diciendo que es esperable una fuerte tendencia hacia eso. Esto debería ser una regla al menos para los seres que evolucionaron en planetas similares al nuestro.

Para aquellos que nacieron en planetas muy distintos a la Tierra, es plausible que tengan una forma muy diferente a la humana, pero difícilmente tendrían la posibilidad de aterrizar y bajarse de su nave aquí en la Tierra para ser vistos por testigos humanos. Es por ejemplo esperable que si existen seres vivos inteligentes en Júpiter, ellos estén adaptados para vivir en medio-ambientes de amoniaco o metano, y lugares donde reinan altísimas presiones y bajas temperaturas. Si estos seres visitaran la Tierra, deberían visitarnos y vernos solamente desde sus naves, siendo imposible bajarse a dar un paseo dadas las condiciones altamente adversas de nuestro planeta para ellos. Podría ser esperable que los supuestos jovianos visiten mayoritariamente planetas similares a Júpiter.

Distintos tipos de humanoides reportados durante encuentros cercanos.

Así como nuestros científicos ponen un escalón más arriba el hallazgo de exoplanetas rocosos como la Tierra en zona de habitabilidad, quienes nos visitan seguramente tienen una tecnología de detección miles de veces más avanzada que les permite hacer lo mismo. Aunque claro, no se conforman con detectarlos, pues tienen la tecnología para visitarlos o enviar sus sondas o robots con inteligencia artificial —tal vez también de forma humanoide— a explorarlos in situ.

Por Mauricio Fuentes. Edición: MP.

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