El Sol produjo más de 160 manchas solares en junio, el número mensual más alto en más de dos décadas.

Crédito: MysteryPlanet.com.ar.

Los datos confirman que el ciclo solar actual, el vigésimo quinto desde que comenzaron los registros, está cobrando intensidad a un ritmo mucho más rápido de lo que pronosticaron la NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de EE.UU. para los próximos años.

Y a pesar de las predicciones iniciales de las agencias, que estimaban un máximo mensual de 125 manchas solares durante el ciclo solar 25, el Sol ha superado las expectativas. Actualmente, se encuentra en camino de alcanzar un máximo cercano a las 200 manchas solares por mes, y algunos científicos incluso sugieren que este pico podría ocurrir en tan solo un año.

«¡El promedio mensual más alto de manchas solares desde septiembre de 2002!», exclamó el físico solar Keith Strong en su cuenta de Twitter. «El número de manchas solares de junio de 2023 fue 163,4, el valor más alto en más de 20 años».

El domingo pasado (2 de julio), una de estas manchas solares —las áreas más oscuras y frías en la superficie de la estrella que presentan campos magnéticos fuertes y densos— produjo una poderosa llamarada solar, un enérgico destello de luz, que provocó un apagón temporal de radio en el oeste de EE.UU. y sobre el océano Pacífico, según informó Spaceweather.com. Tales eventos podrían volverse más comunes en un futuro cercano a medida que el ciclo solar se acerque a su máximo.

Y con un número en aumento de manchas solares, se incrementa la probabilidad de erupciones y eyecciones de masa coronal —poderosas explosiones de partículas cargadas que componen el viento solar—. Esto podría desencadenar condiciones climáticas espaciales adversas en la Tierra antes de lo predicho. Las ráfagas intensas de viento solar pueden atravesar el campo magnético terrestre y generar sobrecargas en las partículas atmosféricas, lo que resulta en impresionantes auroras, pero también ocasiona problemas significativos para las redes eléctricas y los satélites en órbita.

¿Apocalipsis de Internet?

«Después de una gran tormenta solar que golpeó la Tierra en octubre de 2003, los operadores de satélites perdieron la pista de cientos de naves espaciales durante varios días. Esto sucedió debido al aumento de la densidad del gas en las capas más altas de la atmósfera que se corresponden con la región de la órbita terrestre baja donde residen muchos satélites, así como la Estación Espacial Internacional», explicó el físico solar Tom Berger, director del Centro de Tecnología del Clima Espacial de la Universidad de Colorado

A medida que el gas delgado en esta región interactúa con el viento solar, la atmósfera se hincha, lo que hace que los satélites se enfrenten repentinamente a mucha más resistencia que en un clima espacial en calma.

«En las tormentas más grandes, los errores en las trayectorias orbitales se vuelven tan grandes que, esencialmente, se invalida el catálogo de objetos orbitales», dijo Berger. «Los objetos pueden estar a decenas de kilómetros de distancia de las últimas posiciones localizadas por radar. Básicamente, están perdidos, y la única solución es encontrarlos nuevamente con radar».

Considerando la reciente actividad solar y su proyección en el tiempo, los expertos advierten que el aumento en la cantidad de satélites y escombros espaciales en la órbita terrestre baja desde la última tormenta solar grave podría desencadenar un escenario caótico para Internet y las telecomunicaciones en general que se prolongaría por semanas. Durante este período, el riesgo de colisiones peligrosas con los fragmentos de desechos espaciales sería extraordinariamente alto, lo que representaría una amenaza significativa para los operadores de satélites.

Para dar un ejemplo reciente, basta recordar que SpaceX ya perdió un lote de 40 nuevos satélites Starlink después de lanzarlos en lo que pensaron que era solo una tormenta solar leve. El percance que tuvo lugar en febrero de 2022 hizo que los satélites se quemaran en la atmósfera de la Tierra cuando no pudieron elevar sus órbitas después del lanzamiento debido a la resistencia inesperada.

Esta imagen del Observatorio de Dinámica Solar de la NASA muestra la cara del Sol tal como apareció el 3 de julio de 2023, salpicada con la mayor cantidad de manchas solares que hemos visto en más de 20 años. Crédito: NASA/SDO.

Durante eventos extremos, las partículas solares cargadas pueden incluso dañar los componentes electrónicos de las naves espaciales, interrumpir las señales de GPS y desconectar las redes eléctricas de la Tierra. Durante la tormenta solar más intensa de la historia, el Evento Carrington de 1859, los empleados de telégrafos informaron que chispas salían de sus máquinas y quemaban documentos. La interrupción de los servicios de telégrafo en Europa y América del Norte duró varios días.

Ciclo extraño

Para sacar un poco nuestra atención de lo inmediato, el científico investigador de física solar de la NASA, Robert Leamon, apuntó a que las peores tormentas tienden a llegar durante la fase de declive de los ciclos solares impares. Por lo tanto, algunos años desafiantes podrían estar por venir para los operadores de naves espaciales.

«Dado que el Ciclo 25 es extraño, podríamos esperar que los eventos más efectivos ocurran después del máximo, en 2025 y 2026», comentó. «Esto se debe a que los polos del Sol se invierten cada 11 años. Y las situaciones que pueden causar mayor daño es cuando los polos del Sol y de la Tierra tienen la misma orientación, y por ende se da un mejor acoplamiento del viento solar a través del campo magnético terrestre»

Mientras tanto, los pronosticadores del clima espacial continúan monitoreando las últimas manchas solares registradas y aquellas que están ritmo a gestarse.

Fuente: Space.com. Edición: MP.

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