Un módulo lunar privado de Estados Unidos que ha estado filtrando combustible a lo largo de su viaje se dirige ahora hacia la Tierra y probablemente se desintegrará en la atmósfera.

Imagen simulada que muestra la nave espacial y la Tierra. Crédito: Astrobotic.

Astrobotic, la compañía privada a cargo del proyecto, ha estado proporcionando actualizaciones regulares sobre el estado del aterrizador Peregrine desde el inicio de su infortunado viaje, que comenzó cuando despegó en un nuevo cohete Vulcan construido por United Launch Alliance el 8 de enero.

Poco después de separarse del cohete, la nave espacial experimentó una explosión a bordo y pronto quedó claro que no lograría un suave alunizaje debido a la cantidad de propelente que estaba perdiendo. A pesar de ello, el equipo de Astrobotic pudo poner en marcha experimentos científicos que llevaba para la NASA y otras agencias espaciales, y recopilar datos de vuelo espacial.

«Nuestra última evaluación muestra ahora que la nave espacial se dirige hacia la Tierra, donde probablemente se desintegrará en la atmósfera de la Tierra», publicó la compañía con sede en Pittsburgh en X. «El equipo está evaluando actualmente opciones y actualizaremos tan pronto como sea posible».

«El robot de forma rectangular ha estado en el espacio durante más de cinco días y actualmente se encuentra a 390.000 kilómetros de nuestro planeta», agregó en el comunicado.

Los observadores del espacio han estado siguiendo de cerca la trayectoria de Peregrine y muchos habían esperado que aún pudiera realizar un «aterrizaje duro» en la Luna, como lo han hecho otros módulos fallidos anteriormente, aunque ahora está claro que ni siquiera ese objetivo reducido se logrará.

Crédito: Astrobiotic.

Además del equipo científico, la nave espacial transporta carga para clientes privados, incluyendo una lata de bebida deportiva, un Bitcoin físico, así como cenizas humanas y animales y ADN.

Más intentos

Astrobotic es la última entidad privada en haber fallado en un aterrizaje suave, siguiendo a una organización sin fines de lucro israelí y una empresa japonesa.

La NASA había pagado a Astrobotic más de 100 millones de dólares por transportar su carga, como parte de un programa experimental llamado Commercial Lunar Payload Services (CLPS). El objetivo general es fomentar una economía lunar comercial y reducir sus propios costos operativos.

Aunque no ha funcionado esta vez, los funcionarios de la agencia espacial han dejado claro que su estrategia de «más intentos» significa más oportunidades para tener éxito, y el próximo intento, llevado a cabo por una empresa con sede en Houston, Intuitive Machines, se lanzará en febrero.

Astrobotic tendrá otra oportunidad en noviembre con su aterrizador Griffin transportando el rover VIPER de la NASA al polo sur lunar.

Fuente: Astrobiotic/AFP. Edición: MP.

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