Incluso en su desaparición, las civilizaciones alienígenas pueden dejarnos pistas de su existencia.

Megaenjambres de Dyson: la tecnofirma alienígena que podría ser detectable por miles de años

Crédito: MysteryPlanet.com.ar.

Una civilización Tipo II en la escala de Kardashev es aquella que ha alcanzado el poder suficiente para aprovechar toda la energía de una estrella, utilizando estructuras como una esfera o enjambre de Dyson para recolectar la energía solar. Este nivel de desarrollo tecnológico está muy por encima del nuestro, que actualmente representa una civilización que ni siquiera llega aún a Tipo I —que puede aprovechar y dominar toda la energía de su propio planeta—.

En este punto y antes de continuar, es fundamental señalar la diferencia entre una esfera y un enjambre de Dyson. Una esfera de Dyson es una estructura sólida que rodea completamente a una estrella, capturando toda su energía. Sin embargo, este diseño resulta poco viable no solo debido a las enormes tensiones gravitacionales que harían que la esfera se desintegrara, sino también porque cubriría casi toda la estrella, bloqueando su luz y afectando la habitabilidad de los planetas cercanos. En cambio, un enjambre de Dyson consiste en una colección de satélites o módulos dispersos que orbitan la estrella, recolectando su energía de manera más flexible y viable, sin interrumpir la luz que llega a los planetas.

Diferencia entre megaestructuras de Dyson. Crédito: Entropy Rising Podcast.

Este tipo de megastructura, aunque teóricamente posible, abre nuevas preguntas sobre la capacidad tecnológica de civilizaciones avanzadas. A medida que la humanidad avanza en su propio desarrollo, la idea de que otras civilizaciones hayan alcanzado un nivel tan elevado de progreso tecnológico se vuelve cada vez más intrigante. Los enjambres de Dyson podrían ser la clave para desvelar un aspecto fundamental del universo: la búsqueda de señales de vida inteligente más allá de nuestro propio sistema solar.

El misterio de Tabby

En 2015, un descubrimiento astronómico sorprendió a la comunidad científica: las fluctuaciones inusuales en la luz proveniente de una estrella ubicada a 1.500 años luz de la Tierra, conocida como la «estrella Tabby» (KIC 8462852). Durante un tiempo, los científicos especularon sobre la posibilidad de una megastructura envolviendo la estrella, como un enjambre de Dyson, lo que provocó un amplio debate sobre la existencia de civilizaciones extraterrestres avanzadas.

Aunque la idea de una megastructura fue descartada como causa de las alteraciones en la luz de la estrella, el concepto ha seguido fascinando a los científicos interesados en buscar más que moléculas y microbios allí fuera. Brian C. Lacki es un de ellos.

Imágenes de la estrella Tabby en infrarrojo y ultravioleta.

En un reciente estudio publicado en The Astrophysical Journal, Lacki analiza el tiempo que tendría una civilización como la nuestra para detectar los enjambres de Dyson si los alienígenas avanzados que la crearon dejan de mantenerla o sufren un colapso.

Este tipo de estructura, según se lee en el estudio, tendría que ser mantenida activamente para evitar un fenómeno conocido como «cascada colisional». Sin un sistema de control, los elementos del enjambre, que serían enormes satélites orbitando la estrella, acabarían colisionando entre sí debido a las inestabilidades gravitacionales. A medida que las colisiones se multiplicaran, la estructura comenzaría a desintegrarse, convirtiéndose en un cúmulo de escombros.

Dr. Brian Lacki, astrofísico teórico.

En su modelo, Lacki estima que una estructura de enjambre de Dyson se desintegraría en apenas 41.000 años si no se mantiene. Sin embargo, si una civilización avanzada lograra construirla en torno a una estrella de tipo solar, podría capturar hasta dos millones de veces más energía solar que la que recibimos en la Tierra. Si el enjambre cubriera incluso un pequeño porcentaje de la esfera alrededor de la estrella, como un 1 %, esa civilización alcanzaría un nivel de energía comparable al de una civilización tipo II en la escala de Kardashev.

Fósiles tecnológicos

El astrofísico también destaca que estas megastructuras podrían ser utilizadas no solo para recolectar energía, sino también como una señal de presencia para otras civilizaciones, sirviendo como una especie de «fósil» que perduraría mucho tiempo después de la desaparición de la civilización que las construyó. A pesar de su aparente permanencia, la naturaleza caótica del universo hace que cualquier enjambre, sin el mantenimiento adecuado, se desintegre eventualmente.

Así, el nuevo estudio reabre la puerta a la posibilidad de que, incluso en su desaparición, las civilizaciones alienígenas puedan dejarnos pistas de su existencia mediante estas titánicas obras de astroingeniería. ¿Podría la estrella Tabby haber estado rodeada por una de ellas? Lo cierto es que cuando se descartó esta posibilidad, solo se hizo con la premisa de que la megaestructura seguía activa, buscando señales de radio de potenciales naves responsables de su mantenimiento. Sin embargo, como sugiere Lacki, tal vez ese ya no era el caso.

Por MysteryPlanet.com.ar.

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